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‘Beer pong’, el juego que propagó la COVID-19 por el mundo

Una variante de este juego, en la que los jugadores escupen la misma pelota en un vaso de cerveza, provocó un brote masivo en los cinco continentes.

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‘Beer pong’, el juego que propagó la COVID-19 por el mundo
EduardoSantos1234 Wikimedia Commons

El ‘beer pong’ es uno de los juegos más populares en las fiestas de amigos o en los bares, pues permite beber de una forma divertida. Consiste en realizar dos equipos y encestar una pelota de ping pong en los vasos del grupo rival, que estarán colocados en forma de triángulo en una mesa alargada. Si el tirador acierta, el contrincante deberá beberse la cerveza. Después, será su turno para lanzar y se realizará el mismo proceso. Además, para añadirle dificultad al juego, la pelota suele lanzarse con la boca en lugar de con la mano.

Debido a la pandemia, este juego ha quedado prácticamente prohibido en las reuniones, ya que el intercambio de saliva que se produciría de lanzar la pelota con la boca sería un importante difusor del coronavirus. De hecho, supuso el origen de un masivo brote en febrero de 2020, por el que el viernes comenzó un juicio incluso.

La polémica estación de esquí donde comenzó todo

A finales de ese mes, miles de turistas disfrutaban sus vacaciones en la localidad de Ischgl (Austria), catalogada como la ‘Ibiza de los Alpes’. Apenas tiene 1.600 habitantes, pero su estación de esquí se ha convertido en un gran atractivo que recibe cerca de medio millón de visitantes cada invierno. En la estación se encuentra el emblemático Kitzloch, un local apre-ski en el que se jugaba esta variante del ‘beer pong’ con la boca, según recoge ABC. Todos los clientes, así como los camareros, podían usar la misma bola.

En aquel momento, no parecía una idean tan descabellada, pues casi nadie había oído aún hablar del coronavirus. Sin embargo, pudo ser el origen de un brote masivo que se expandió por todo el mundo. El 5 de marzo, cuando el Gobierno de Islandia avisó a las autoridades regionales del Tirol que cinco ciudadanos habían dado positivo al regresar del resort, la estación fue evacuada de inmediato, pero ya era tarde, pues más de 6.000 personas de 45 países diferentes, o sus familiares, se contagiaron.

“Al menos cuatro continentes han reportado contagios vinculados con la estación de Ischgl, llegando a convertir a esta diminuta localidad de 1.600 habitantes en uno de los principales vectores de contagio de la COVID-19. Noruega, Dinamarca, Islandia o Alemania han rastreado hasta medio millar de contagios vinculados con esta localidad”, explicó en la CNN Jan Pravsgaard Christensen, profesor de inmunología de enfermedades infecciosas de la Universidad de Copenhague. “Al principio, no entendíamos cómo podían haber sucedido tantos casos. Hasta que nos dimos cuenta de que intercambiaban saliva porque estaban jugando al ping pong cervecero” usando sus bocas, añadió.

Demandas por negligencia

Estas más de 6.000 personas afectadas han demandado a las autoridades del país por negligencia, alegando que son responsable de sus contagios o de la muerte de sus familiares cuando se encontraban esquiando en la prestigiosa estación invernal de Igchgl. Aseguran que las infecciones se produjeron por la caótica gestión que llevó a cabo el Gobierno en marzo de 2020.

El viernes 17 de septiembre comenzó en la Audiencia Provincia de Viena el primer juicio contra Austria por esta presunta negligencia. “Pudo haberse evitado”, critica Alexander Krauser, uno de los abogados de los demandantes, quien acusa al Gobierno austriaco de “haber actuado demasiado tarde” y de “haber cometido fallos que convirtieron tanto a la localidad de Ischgl como a su área circundante en un foco de contagios”. En cambio, las autoridades del país se defienden asegurando que siguieron las indicaciones de la Unión Europea (UE) y de la Organización Mundial de la salud (OMS).