A última hora de la mañana del pasado lunes 6 se septiembre, alrededor de las 12:45 horas del mediodía, las llamas comenzaban a propagarse en la parroquia de Ribas de Sil, en el municipio de Lugo que lleva su mismo nombre. Tras más de 24 horas activo, se calcula que ha arrasado ya con una extensión cercana a las 1.000 hectáreas.

Las autoridades gallegas, debido a la gravedad del incendio, han activado la Situación 2 de emergencias. Hasta la zona han acudido 220 militares y 24 vehículos de la Unidad Militar de Emergencias (UME): 18 autobombas, 3 camiones nodriza, un helicóptero Cougar y dos bulldozer D7.

A última hora de la noche, el conselleiro do Medio rural de la Xunta, José González, mostró su preocupación por la "situación climatológica complicada, con vientos fuertes y un alto nivel de humedad". No obstante, según la última actualización del gobierno regional, el incendio evoluciona "favorablemente, gracias al esfuerzo y profesionalidad de los servicios de extinción y del resto del personal que trabajó intensamente durante la noche".

Origen intencionado

De acuerdo con José González, el incendio se inició " de forma claramente intencionada, con varios focos simultáneamente. Sabía que podía hacer mucho daño". Durante estas horas que las llamas han arrasado con centenares de hectáreas, el trabajo de varias unidades ha sido constante, entre ellos el de militares de las bases de León y Figueirido, tras cursar la solicitud de la Xunta a Protección Civil del Ministerio de Interior.

También se desplazaron Brigadas de Especialistas en Extinción (BRIF) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), con cuatro helicópteros con capacidad de descarga de 1.200 litros. Desde el aire también llegó la ayuda de cuatro aviones anfibios Canadair, con 5.500 litros de capacidad.