Hace unos días conocimos el trágico fallecimiento de David Pruitt, un niño californiano de 7 años, a causa de la ameba Naegleria fowleri, popularmente conocida como ‘ameba comecerebros’, un microbio unicelular capaz de provocar la muerte de una persona en cuestión de días si logra penetrar en el cuerpo.

Este pequeño organismo habita en aguas dulces y cálidas, con lo que estamos expuestos a cuando nadamos o practicamos deportes acuáticos en lagos o ríos. El portal Mayo Clinic explica que accede a nuestro cuerpo por la nariz, desde donde pasa al cerebro mediante los nervios que transmiten el olfato, pudiendo causar graves daños. “La mayoría de las personas que tienen una infección por Naegleria mueren durante el transcurso de la semana posterior a presentar síntomas”, precisa la web de divulgación científica.

No obstante, solo un pequeño porcentaje de las miles de personas que se exponen a Naegleria anualmente desarrollan una enfermedad grave. Por el momento, se desconoce el motivo por el que algunas personas se infectan y otras no. En cambio, sí se sabe que la infección no se contagia, ni se puede contraer bebiendo agua contaminada.

Principales síntomas

El portal informativo señala que la infección con la ameba Naegleria causa una enfermedad denominada “meningoencefalitis amebiana primaria”, que provoca inflamación del cerebro y destrucción del tejido cerebral. Los primeros síntomas se manifiestan entre los dos y los quince días posteriores a la exposición a la ameba y se van agravando conforme avanza la enfermedad. Los expertos indican que es fundamental ir al médico en cuanto sintamos los primeros síntomas si se ha estado en agua dulce.

Factores que aumentan el riesgo

Aunque no se sabe por qué algunas personas se infectan y otras no, Mayo Clinic sí distingue varios factores que pueden aumentar el riesgo de contraer la enfermedad.

- Nadar en agua dulce. El portal asegura que la mayoría de las personas infectadas habían nadado en un lago de agua dulce en las dos semanas previas.

- Calor extremo. “La ameba prolifera en agua tibia o caliente”, con lo que es más posible que las infecciones se registren durante los meses de verano.

- Edad. Los niños y adultos jóvenes son los grupos que más posibilidades tienen de enfermar, ya que suelen pasar más tiempo en el agua.

- Limpieza o irrigación nasal. Puede resultar peligroso irrigar los senos paranasales o limpiarse la nariz con agua del grifo. Por ello, si pensamos que puede estar contaminada, es mejor hacerlo con agua hervida o destilada.

Conociendo estos factores, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan no nadar o zambullirse en ríos ni lagos de agua dulce cálida, mantener la nariz tapada o con pinzas nasales cuando se realicen estas acciones y evitar remover el sedimento al nadar en agua dulce cálida y poco profunda.