En 2019, último año con datos consolidados, el exceso de velocidad estuvo presente en el 23% de los accidentes mortales que se produjeron en carretera, según advirtió la Dirección General de Tráfico (DGT) el pasado mes de mayo. “Más de 300 personas fallecieron en accidentes en los que la velocidad fue uno de los factores concurrentes”, especificó el organismo en su cuenta de Twitter.

Lo cierto es que, pese a los más 1.320 radares que ha instalado la DGT para controlar los desplazamientos, sigue habiendo accidentes derivados de una desmesurada rapidez porque muchos conductores encuentran la manera de eludirlos y evitar las multas, cuyas cuantías pueden oscilas entre los 100 y los 600 euros, además de conllevar la retirada de puntos del carné de conducir desde ninguno hasta seis, en función de la vía por la que circulen y la velocidad por la que se supere el límite. Sin embargo, tratar de utilizar algún aparato para evitar los radares de velocidad puede salir más caro que pagar la sanción.

Herramientas para detectar radares

Hay muchas aplicaciones móviles o dispositivos que son una compañía habitual cuando hacemos un viaje o nos desplazamos por carretera. Sin embargo, debemos llevar cuidado de que estas sean legales, ya que hay una serie de aparatos que la DGT no permite utilizar. Entre ellos, destacan los que pueden ayudarnos a esquivar los radares. Aunque algunos están permitidos, otros no, tal y como recuerda el organismo:

- Inhibidores de radar: bloquean la acción del radar para que no pueda medir correctamente la velocidad ni leer la matrícula del vehículo. Utiliza la tecnología láser para eludir la acción de los radares, tanto fijos como móviles.

- Detectores de radar: se trata de un dispositivo que usa ondas y frecuencias capaces de hacer para localizar la presencia de controles de velocidad mediante un radar móvil. Por lo tanto, su función es avisar de que hay un radar por onda cerca.

- Avisador de radar: es la única herramienta permitida de las tres, ya que se basa en una red GPS e información pública que proporciona la propia DGT sobre la ubicación de los radares fijos.

Endurecimiento de las normas sobre su uso

Con el objetivo de erradicar estar herramientas para hacer “trampas” en la carretera, la DGT planea un endurecimiento de las sanciones. Hasta ahora, el artículo 13 de la Ley sobre Tráfico del Real Decreto Legislativo 6/2015 prohibía instalar y utilizar inhibidores de radares y detectores, pero no decía nada sobre llevar instalado el dispositivo sin utilizarlo.

Sin embargo, ahora prepara una reforma, según informa laSexta, con la que se busca modificar las condiciones. “Se prohíbe instalar o llevar en los vehículos inhibidores de radares o cinemómetros o cualesquiera otros instrumentos encaminados a eludir o a interferir en el correcto funcionamiento de los sistemas de vigilancia del tráfico, así como emitir o hacer señales con dicha finalidad. Asimismo, se prohíbe llevar en el vehículo mecanismos de detección de radares o cinemómetros. Quedan excluidos de esta prohibición los mecanismos de aviso que informan de la posición de los sistemas de vigilancia del tráfico”, establece la nueva norma.

Así, el mero hecho de llevar en el vehículo un dispositivo ilícito, aunque no se esté usando, podría suponer una multa de hasta 500 euros y la retirada de 3 puntos de carnet, algo que también afecta a aquellos conductores que circulen simplemente sujetando el teléfono móvil. En caso de utilizar un inhibidor mientras se conduce, la multa asciende hasta los 6.000 euros y conlleva la pérdida de 6 puntos del carnet. Además, el taller que lo haya instalado también puede ser sancionado con hasta 30.000 euros.