CORONAVIRUS

¿Cómo será la sexta ola?

Los expertos creen que volverán a producirse repuntes, pero confían en que serán más suaves si no surgen nuevas variantes más resistentes a las vacunas.

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¿Cómo será la sexta ola?
RONEN ZVULUN REUTERS

Aunque las regiones españolas notificando cifras significativas de contagios, también informan de elevados números de personas vacunadas con la pauta completa, lo que ha contribuido a que la quinta ola de la pandemia haya comenzado a ralentizarse en todo el país. La incidencia acumulada a 14 días era el martes de 701,92 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que el viernes ya se había reducido a 687 contagios por cada 100.000 habitantes.

Sin embargo, las autoridades sanitarias, así como numerosos expertos, insisten en que debemos mantenernos en guardia porque sigue habiendo peligro de contagio. “Si hay un grupo susceptible de infectarse y no impones medidas, se contagia. La duda es cuánto y cómo de rápido”, razona en El País Miguel Hernán, catedrático de la materia en la Universidad de Harvard. El ejemplo más claro de sus palabras lo tenemos en los últimos meses, cuando se ha producido el ritmo más rápido de contagios desde que comenzó la pandemia debido, en parte, las infecciones producidas entre los jóvenes, que aún no están vacunados.

Una vez que los indicadores vuelvan a bajar a niveles seguros y consigan mantenerse ahí, algunos expertos consideran que será más difícil volver a las cifras más elevadas, mientras que otros creen que sí se pueden producir olas similares. Todo depende las mutaciones que experimente el virus, según destacan las doce personas competentes en la materia con las que ha contactado El País.

¿Habrá sexta ola?

En este sentido, Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), cree que es posible que haya una sexta ola, pero cree que tendrá una menor extensión y virulencia si no hay nuevas mutaciones, aunque advierte de que seguirá habiendo peligro: “No debería ser como lo que estamos viendo. Cada vez la gravedad será menor, pero tampoco debemos tomárnoslo como una tontería, porque la gente sigue muriendo y el sistema sanitario sigue colapsado, tanto la primaria como algunos hospitales. En cualquier ola, por leve que sea, corremos ese riesgo”.

¿Cómo serán las futuras olas?

En cuanto a olas que puedan seguir desarrollándose durante años, los expertos más optimistas confían en que el virus no se está haciendo más virulento ni resistente a las vacunas, con lo que, si la vacunación avanza a buen ritmo, auguran que las siguientes subidas serán más suaves, pues el porcentaje de la población sin vacunar se habrá reducido. Así, se producirán nuevos ascensos, ya que es probable que se convierta en endémico convivamos con él para siempre, pero no supondrán una amenaza para la salud pública o el sistema sanitario si se mantienen ciertas medidas más flexibles.

Cuando la gran mayoría de la población esté vacunada habrá más casos, pero quizás ni lo sepamos, como no sabemos si en una temporada hay muchos resfriados, porque no hacemos una vigilancia epidemiológica sistemática, ya que no hace falta. Probablemente, los coronavirus que ahora causan un catarro provocaron en su día una pandemia”, plantea Hernán.

Pedro Gullón, miembro de la SEE, cree que las infecciones quedarán limitadas a grupos que no hayan sido vacunados. “Temporeros, inmigrantes en situación irregular, personas a las que hay que buscar activamente, pueden sufrir brotes. Las olas en el futuro tendrán cada vez menos impacto, tanto en transmisión como en ingresos y fallecimientos. Sería raro ver una ola como esta en los próximos meses”, añade.

En cambio, hay otros científicos más pesimistas que temen que si el virus muta y evade las vacunas, podríamos llegar a situaciones similares a las que teníamos al comienzo de la pandemia, con una elevada presión hospitalaria, por lo que habría que volver a implantar restricciones severas. “Con la cuarta no lo hicimos bien y tuvimos la quinta. Esto podría volver a suceder. Y con la variante delta debemos tener mucha más paciencia porque es mucho más contagiosa. Deberíamos asegurar dos o tres semanas con muy baja incidencia y en ese caso tendremos un otoño bueno”, señala Rafael Bengoa, experto en salud pública y antiguo directivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). No obstante, la postura pesimista es la menos común.