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¿Por qué en España comemos y cenamos más tarde que en el resto de Europa?

El diferente huso horario que tiene nuestro país propicia que realicemos la mayoría de actividades más tarde que en las demás naciones europeas.

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¿Por qué en España comemos y cenamos más tarde que en el resto de Europa?
Marcial Guillén EFE

Uno de los aspectos que más sorprenden a los españoles que viajan a otros países de Europa es el horario de las comidas. Si bien desayunamos a la misma hora que el resto del continente, sobre las 07:00 horas, somos muy diferentes en cuanto a comidas y cenas. Mientras que nuestros países vecinos comen entre las 11:30 y las 13:00 horas, aquí no solemos hacerlo hasta las 14:00 o las 15:00 horas. Lo mismo ocurre con la cena. En Europa se ingiere la última comida del día entre las 17:00 y las 19:00 horas. En cambio, los españoles a esas horas estamos merendando para aguantar hasta la hora de cenar, que suele ser después de las 21:00.

Franco cambió la hora en 1942

Estas enormes diferencias se deben al peculiar huso horario que tiene España con respecto al resto del continente europeo. En el momento en que el sol está más alto en el cielo, es decir, a las 12:00 horas, los relojes españoles marcan las 13:30. Esto quiere decir que, en realidad, si nos regimos por el astro rey, comemos en horarios similares a los del extranjero.

El culpable de la diferencia radica en la diferente hora que marcan los relojes, consecuencia del cambio que realizó Francisco Franco en 1942, cuando adelantó sesenta minutos el horario de España para estar en sintonía con el que Alemania había impuesto en sus territorios ocupados (GMT+1:00). Hasta ese momento, los españoles habían vivido acordes con el horario del meridiano de Greenwich, con lo que los relojes reflejaban una hora menos que la actual (GMT+0:00). Canarias es la única zona española que tiene ese horario en la actualidad.

Nuestro país no fue el único que cambió el horario. Pero, cuando la guerra terminó, todos adoptaron el horario que les correspondía. Reino Unido y Portugal cambiaron sus relojes de acuerdo con el horario de Greenwich. Sin embargo, en España, Franco murió, pero la hora no se cambió.

Efectos negativos para la salud

Como consecuencia de tener un horario diferente, nuestros comercios cierran entre dos y cuatro horas más tarde que en el resto de países europeos y el prime-time en televisión coincide con los programas más tardíos de otras naciones. Esto provoca que nos vayamos más tarde a la cama, con lo que el tiempo que dedicamos de media al sueño no llega a las ocho horas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, en España, hay menos tiempo para el ocio, lo que puede afectar también a nuestra vida laboral. “Cuando el trabajo invade la esfera privada de forma constante, la productividad se reduce. Las personas se vuelven irritables, menos comprensivas con los intereses de su empresa, más propensas a accidentes laborales o de tráfico y más estresadas. Todo esto merma la productividad”, explicó en la Agencia SINC Ignacio Buqueras y Bach, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles.