Una imagen que se repite casi a diario en verano en las playas españolas es la de gente que recoge alguna piedra del mar para llevarla para su casa. Hay quien las quiere como un simple recuerdo o como un elemento de decoración que poner en algún espacio del domicilio. Pero este hecho, llevado a un extremo, está provocando que la playa de Cadaqués, en Cataluña, esté en riesgo de perder su esencia por la falta de piedras.

Allí fue donde vivió y se inspiró el polifacético artista Salvador Dalí, y en su playa, hace varios años, figuraban centenas de piedras, uno de sus principales sellos de identidad. Pero esto ha cambiado y cada vez quedan menos, hecho que denuncia Kirsten Grau, presidenta de 'Amigos de la naturaleza Cadaqués'. "Se nota mucho que hay una pérdida de piedras enorme. La gente se las lleva… Para recuerdo, para decoración de sus casas, jardines, terraza", relata en Telecinco.

Una bajada del 40%

La petición, por tanto, es clara: llaman a devolver estos guijarros a cualquiera que tenga alguno por casa. Y es que, según cifra la organización, en el último lustro las piedras de esta playa de la Costa Brava se han reducido hasta en un 40%. Y aunque ya han conseguido recuperar cerca de 100 kilos, todavía queda mucho por hacer. El hecho de llevárselas está prohibido y puede conllevar una multa de hasta 350 euros.

"Es un elemento de identidad de nuestro pueblo y desgraciadamente van desapareciendo y cada vez hay más arena en las playas, critican desde la organización. Una situación especialmente crítica, según su secretario David Tibau, en la playa Gran, Es Poal, Portdoguer y Sa Confitera. Mientras, la alcaldesa Pia Seriñana destaca la existencia de este problema. "Es un hecho diferencial de Cadaqués y hay que conservarlo". El próximo año habrá carteles indicativos que recordarán la prohibición de llevarse las piedras.