Dave Smith puede decir, a día de hoy, que ha tenido el coronavirus activo en su cuerpo más de 290 días. El británico de 72 años ha dado positivo un total de 43 veces, según ha explicado el afectado a la cadena BBC, que también ha señalado la situación desesperante en la que se encontraba: "Rezaba todo el tiempo pidiendo que la próxima fuera negativa, pero nunca lo era".

En general, las personas que se infectan de COVID-19 suelen eliminar el virus en torno a 10 días. Este no es el caso de Smith, pues después de que los médicos secuenciasen el virus en el laboratorio, se confirmó que sufrió una infección persistente, y no una reinfección.

Smith, profesor de autoescuela jubilado, llegó a perder las esperanzas: “Estaba listo para rendirme”, afirma. Y continúa: “Mi esposa había empezado a organizar el funeral cinco veces”, declaró al diario The Guardian. "En un momento dado estuve tosiendo cinco horas sin parar. Desde las cinco de la tarde hasta las diez de la noche. No puedes imaginar el agotamiento que genera esto en tu cuerpo", señala Smith.

Infección persistente

El profesor de virología de la Escuela de Medicina Celular y Molecular de la Universidad de Bristol, Andrew Davidson, ha explicado a la BBC que el sistema inmunitario de Smith estaba debilitado, por lo que no pudo hacer frente a la COVID-19. "Normalmente tu sistema inmune se deshace del virus produciendo anticuerpos que se le unen, impidiéndole así que infecte a las células, y también con linfocitos T, que destruyen a las células infectadas con el virus y otros mecanismos", señala Davidson.

De este modo, el virólogo establece una diferencia entre el coronavirus de larga duración y la infección de covid persistente. La primera mantiene síntomas como el cansancio o la dificultad de respirar incluso cuando el virus se ha eliminado, mientras que en el segundo caso el virus todavía está activo en el cuerpo humano.

Tratamiento Regeneron

El profesor de autoescuela jubilado consiguió deshacerse del coronavirus tras someterse a un tratamiento que no está autorizado en Reino Unido, pero que se le administró “por razones humanitarias, debido a la particularidad de su caso”, señala la BBC.

Este tratamiento, desarrollado por Regeneron, es el mismo al que se sometió el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y se basa en un cóctel de fármacos antivirales que contienen dos anticuerpos monoclonales. "Fue como haber recibido una nueva vida", señaló Smith.