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Investigadores españoles hallan dos nuevos sistemas planetarios con tierras y supertierras

Un estudio del CSIC ha dado con tres tierras y supertierras que orbitan alrededor de las estrellas enanas rojas G 264-012 y Gl 393.

Investigadores españoles hallan dos nuevos sistemas planetarios con tierras y supertierras
M. Weiss

Un equipo de investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IAA-CSIC) han realizado un importante descubrimiento en el espacio exterior. Se trata de dos nuevos sistemas planetarios, que están compuestos por tierras y supertierras: son tres planetas calientes en torno a las estrellas enanas rojas G264-012 y Gl 393.

Según ha confirmado el CSIC en una nota de prensa, las temperaturas alcanzadas en ellos hacen imposible la presencia de agua líquida en su superficie. Desde que se inició la era de la detección de planetas, fuera de nuestro sistema solar, se han encontrado más de 4.000 planetas.

Variedad planetaria

La variedad de todo estos planetas hallados a lo largo de los años indica que no es tan típica como se creía, con planetas rocosos en regiones internas y gaseosos y helados en las externas. Así, de acuerdo con el CSIC, parecen más habituales otras, como planetas gaseosos que están muy próximos a sus estrellas, o sistemas con varias supertierras en torno a estrellas enanas.

Estos dos nuevos planetas calientes han sido detectados gracias al instrumento Carmenes, que opera en el Observatorio de Calar Alto, en Almería. "Nuestra concepción actual sobre la formación de planetas de baja masa en órbitas muy cercanas a estrellas pequeñas apunta a que son muy abundantes, con una media de al menos un planeta por estrella. A pesar de esta abundancia, apenas disponemos de datos sobre la densidad de estos planetas que nos permita deducir su composición", ha señalado Pedro José Amado, uno de los investigadores a la cabeza del trabajo.

Calificación de los planetas

Dentro del Sistema Solar, tanto la Tierra como Marte, Mercurio y Venus son catalogados como planetas terrestres o rocosos. En el caso de los extrasolares, que tienen entre la mitad y el doble del tamaño terrestre se consideran tierras; mientras, los que tienen una masa de hasta diez veces la masa terrestre se llaman supertierras. Estos términos, además, no tienen implicaciones en lo relativo a las condiciones de su superficie o habitabilidad, indica el CSIC.

Mientras que los exoplanetas terrestres podrían ser parecidos a los planetas rocosos del Sistema Solar en cuanto a su composición, las supertierras pueden abarcar combinaciones de gas, roca, hielo o agua.

Sistemas detectados

De esta forma, los sistemas hallados están alrededor de las enanas rojas G 264-012 y Gl 393. En torno a la primera se han detectado dos planetas con una masa mínima de 2,5 y 3,8 veces la terrestre, que giran sobre su estrella cada 2,3 y 8,1 días respectivamente. Por otro lado, en cuanto al planeta de Gl 393, tiene una masa mínima de 1,7 masas terrestres y gira alrededor de su estrella cada siete días.

"Para comprender cómo se forman y evolucionan los distintos sistemas planetarios que estamos observando necesitamos estadísticas robustas sobre la cantidad de planetas que existen, así como información sobre la arquitectura de los sistemas y la densidad de los planetas. Así podremos explicar aquellos que no encajan en los mecanismos conocidos, como el sistema GJ 3512 que también hallamos con Carmenes y que presenta un planeta gigante en torno a una estrella enana, expresa Amado.

Asimismo, el trabajo ha sido capaz de identificar un nuevo factor que podría influir en las detecciones, pues el planeta en torno a Gl 393 no había sido visto en campañas anteriores con instrumentos cazaplanetas. De acuerdo con el CSIC, las estrellas enanas rojas tiene una intensa actividad en forma de fulguraciones, que puede enmascarar la señal de posibles planetas. Así, la no detección pudo deberse a que las observaciones se realizaron en picos de actividad.

"Los tres planetas en estos dos sistemas se encuentran entre los más pequeños en masa, y por lo tanto en la amplitud de la velocidad radial que inculcan en sus estrellas, lo que da cuenta de la calidad del instrumento", finaliza el investigador.