Rachas de viento de hasta 300 kilómetros por hora y fuertes tormentas. Son los fenómenos meteorológicos a los que se han enfrentado los habitantes del sur de la República Checa en las últimas horas y que han dejado, al menos, cinco muertos y doscientos heridos.

Las localidades de Luzice, Moravská Nová Ves, Hrusky y Mikulcice se vieron afectadas por los fuertes vientos y tormentas, obligando a cerrar los accesos a ellas debido la peligrosidad de transitar por ellos. A su vez, las autoridades checas realizaron un llamamiento a los vecinos de esas poblaciones para que se quedaran en sus casas.

Entre los vecinos hay "un gran pánico" tras lo sucedido, dijo a la agencia CTK el vicealcalde de Hrusky, una de las localidades afectadas. La mitad del pueblo ha quedado arrasado tras el paso de los fuertes vientos, y ahora las labores de rescate se centran en la retirada de escombros para localizar a las víctimas. El Gobierno checo ha asegurado que dará 2.000 euros las familias más afectadas, mientras que los alcaldes han pedido a la población que acojan a los damnificados.

"En 10 minutos el pueblo quedó arrasado"

La fuerte tormenta que azotó el sur del país fue tal que dejó sin luz a más de 120.000 domicilios de las poblaciones afectadas. Aunque desde el mismo viernes se iniciaron los trabajos para la reparación de la red eléctrica, muchos de ellos continúan todavía sin luz. El fenómeno también provocó la interrupción de 22 líneas de tren.

"En diez minutos el pueblo quedó arrasado, después no había señal y los bomberos tardaron una hora en llegar", describe en un medio local el alcalde de una de las localidades que se ha visto afectada. Mientras, los vecinos cuentan también que caían bolas de granizo del tamaño de pelotas de golf. Austria y Eslovaquia han enviado unidades de apoyo para las tareas de reparación y rescate del país vecino.