CORONAVIRUS

La advertencia sobre la variante delta y el fin de las mascarillas

El inmunólogo Marcos López Hoyos cree que "se podía haber esperado un poco más antes de adoptar esta medida, hasta lograr un mayor grado de inmunización".

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La advertencia sobre la variante delta y el fin de las mascarillas
EFE

Tras el visto bueno de Sanidad, está previsto que el Consejo de Ministros extraordinarios apruebe este jueves retirar la obligatoriedad de llevar mascarillas al aire libre cuando pueda mantenerse una distancia de 1,5 metros. Esta medida, que entrará en vigor el próximo sábado 26 de junio, preocupa a los expertos porque consideran que llega demasiado pronto. En una entrevista con Efe, el presidente de la Sociedad Española de Inmunología, Marcos López Hoyos, ha opinado que es “precipitada” porque la variante delta está “al acecho” y todavía no se ha alcanzado un grado a adecuado de inmunización.

Actualmente, el 31,9% de la población española, más de 15,1 millones de personas, ha completado la pauta de vacunación. Un porcentaje que el inmunólogo considera insuficiente para pensar que “se puede estar libre de nuevos picos o aumentos en la incidencia” de la COVID-19. “Quizás se podía haber esperado un poco más antes de adoptar esta medida, hasta lograr un mayor grado de inmunización”, asevera.

Por su parte, Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Daniel López Acuña, también calificó recientemente la medida como “precipitada y hasta cierto punto imprudente” y aseguró en una entrevista realizada en Antena 3 que no debería haberse adoptado hasta que la incidencia nacional a 14 días por cada 100.000 habitantes se sitúe por debajo de los 25 casos.

Amenaza de la variante india

La principal advertencia de López Hoyos es que la eliminación de la mascarilla en exteriores llega en un momento en el que la variante delta (o india) ha avanzado en países como Reino Unido e Israel, obligando incluso a dar marcha atrás en medidas de apertura. Esta variante es más contagiosa y, aunque en España no es mayoritaria todavía, en Cataluña se ha secuenciado un 30% de casos que se corresponden con ella, por lo que hay temor de que pueda ir a más. Por eso, el presidente de la Sociedad Española de Inmunología sostiene que hubiera sido mejor haber esperado a tener más población vacunada con dos dosis antes de suprimir la mascarilla en exteriores.

En la misma línea se pronunció hace unos días el doctor César Carballo. “Estamos con una incidencia acumulada por debajo de 100 contando toda la población, es decir, incluyendo vacunados, pero hay un 70% de la población que ahora mismo está en riesgo con una variante nueva”, advirtió en el programa ‘LaSexta Noche’. En este sentido, sugirió también que habría que haber esperado unas semanas, hasta alcanzar, como mínimo, un 50%.

Mayor movilidad en verano

López Hoyos también avisa de que, durante el verano, es muy probable que haya más movilidad y contacto social, lo que podría provocar “un pequeño aumento o una pequeña ola de casos”, aunque no será como en Navidad o Semana Santa porque la vacunación “funciona” para mitigar la transmisión del virus.

En cualquier caso, López Hoyos señala que “la medida se ha tomado y el mensaje es de mucha cautela y mucha precaución, ir siempre con mascarilla en el bolsillo y siendo conscientes en todo momento de que esto se puede revertir”. Así, insta a “estar muy vigilantes y atentos”, además de a “seguir con todo el sistema de rastreo y de control de focos para que no se dispare la incidencia”. Lo que hay que tener claro, insiste, es que debemos llevar la mascarilla “en el bolsillo o el bolso”, para utilizarla cuando nos enfrentemos a una aglomeración: “En zonas o calles concurridas, o en sitios con mucha gente, hay que usar la mascarilla”, insiste.

Protección duradera de las vacunas

Respecto a las vacunas, el experto expone que, aunque todavía no hay “evidencias científicas directas”, todo apunta a que se logrará una protección frente a la COVID-19 “que durará mucho tiempo”, ya que se ha visto que, tras la infección natural con el virus, la producción de anticuerpos y la presencia de células B y T dura hasta once meses. Además, indica que las células plasmáticas “de vida larga”, que se encuentran en la médula osea, “sobreviven muchos años ahí”, lo que justificaría que tras la infección se tenga “una inmunidad protectora que dure durante muchos años”.