Disney World es un destino que gusta mucho a mayores y pequeños, con lo que recibe a numerosas personas cada día. Los parques temáticos están diseñados para hacer disfrutar a todo el mundo con sus impresionantes atracciones y espectáculos. Sin embargo, a veces lo que más impresiona a sus visitantes son pequeños detalles.

En un reciente viaje al complejo turístico, Shifrah Combiths, escritora de Apartment Therapy, se dio cuenta de que no había espejos sobre los lavabos de los baños públicos. “La magia de Disney detrás de esas colas de baño que se desvanecen es un simple detalle: han hecho que los espejos del lavabo del baño desaparezcan en la mayoría de los baños de sus parques temáticos”, comentó en su artículo.

Técnica para evitar largas colas

Esta curiosa ausencia no es accidental, sino que es una técnica para evitar que los turistas tengan que esperar largas colas para entrar. Los baños son unos de los lugares donde más gente se concentra. Además, cuando entramos, solemos aprovechar que estamos delante de un espejo para retocarnos la ropa, el maquillaje o el peinado, e incluso para hacer fotos, especialmente teniendo en cuenta que no son unos baños normales, sino los de Disney World. Estas actividades hacen que pasemos más tiempo del que deberíamos dentro y se produzcan unas colas aún más largas de las que ya se forman habitualmente por la cantidad de personas que hay.

En cambio, al quitar los espejos, Disney se asegura que las entradas y salidas en el baño se produzcan con fluidez. “Al eliminar el posible cuello de botella de las personas que se miran en el espejo mientras, aparentemente, se lavan las manos, Disney ha logrado la hazaña no pequeña de baños casi sin filas. (Por supuesto, también tienen suficientes baños, un detalle que no debe subestimarse)”, concluye Shifrah Combiths.

Así, se garantiza que los visitantes pasen menos tiempo aguardando su turno y más tiempo disfrutando de las atracciones y, a su vez, gastando dinero. De hecho, esta no es la única estrategia que pone en marcha Disney para evitar largas esperas. Por ejemplo, las colas a las atracciones suelen ser en zig-zag y, en la medida de lo posible, lo más oscuras posibles para que la gente no tenga la sensación de que hace mucha cola o no se dé cuenta de que hay demasiada gente.