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Campaña en Francia para establecer los dos apellidos

La ley francesa actual establece que, si ambos progenitores no emite una declaración conjunta para solicitar el doble apellido, se pone solo el del padre.

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Campaña en Francia para establecer los dos apellidos
Emilio Naranjo EFE

Algo que parece tan sencillo en España como poner el apellido de la madre y el padre a los bebés se ha convertido en un acto reivindicativo en Francia. En el país galo, los ciudadanos suelen tener un solo apellido, que en el más del 80% de las veces resulta ser el paterno. La ley francesa del 4 de marzo de 2002 permite que los progenitores elijan el apellido de sus bebés para que lleven el del padre, el de la madre o ambos. Sin embargo, los dos tienen que estar de acuerdo y pedirlo en una declaración conjunta. De no hacerlo, el recién nacido llevará automáticamente el del padre.

Muchas personas consideran injusto este sistema porque dificulta el papel de las madres en la sociedad. Por ello, el colectivo Porte Mon Nom (Lleva mi apellido), fundado en 2019, y el diputado Patrick Vignal han unido fuerzas y han impulsado una campaña cuyo objetivo es acabar con lo que llaman “patriarcado patronímico” modificando la legislación francesa actual para que se introduzcan los dobles apellidos de forma directa y, que en caso de no quererlo así, los padres tengan que firmar una declaración para cambiarlo, lo que invertiría la práctica vigente.

La reivindicación también implica simplificar los trámites administrativos para poder añadir, sin autorización del padre, el apellido materno en caso de divorcio y permitir que el hijo decida qué apellido llevar, o si quiere tener los dos, cuando cumpla 18 años. “Pedí a los padres de mis hijos la autorización para poder añadir mi apellido al suyo, para simplificar mi vida diaria desde el punto de vista administrativo. El de mi hija aceptó, pero el de mi hijo se negó”, cuenta en el Diario de Navarra Marine Gatineau-Dupré, cofundadora y portavoz de Porte Mon Nom.

En unos días, la petición ‘Te he llevado, lleva también mi apellido’, ha recogido casi 26.900 firmas en la plataforma Change.org. “Esto no corresponde a nuestra sociedad contemporánea, priva a las madres de libertad e igualdad”, se puede leer en la plataforma. En seta línea se pronuncia también Vignal, miembro del partido gubernamental La República en Marcha (LREM), que espera poder llevar a cabo el cambio en este mandato, que termina en 2022, o dejarlo para el siguiente, como muy tarde. “Las mentalidades han evolucionado y es hora de que Francia también lo haga”, apunta a EFE.

Es una humillación para las madres

“Parece que todavía estamos en la época en la que había que tener un hijo para transmitir las tierras y el patrimonio. El Gobierno patriarcal hace todo para impedirnos tener un lugar oficialmente en la sociedad”, reprocha Gatineau-Dupré, quien es madre de dos hijos de padres distintos y argumenta sus críticas con su propia experiencia. Asegura en el Diario de Navarra haber sufrido numerosas “humillaciones en el aeropuerto y en el colegio” por no compartir el apellido con sus descendientes, como tener que justificar constantemente con el libro de familia que son suyos. En cambio, las tías de los niños, e incluso la madrastra si el padre se vuelve a casar, sí pueden probar que son familiares al apellidarse igual.

Para evitar que todas las madres sigan enfrentándose a estas situaciones, Gatineau-Dupré y Vignal están dispuestos a llevar su llamamiento al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Estrasburgo, aunque confían en que no será necesario. “Creemos que el Gobierno es lo suficientemente inteligente como para entender que hay una injusticia flagrante”, concluye la portavoz.