Un hombre tendrá que devolver la herencia que le dejó su mujer tras fallecer en 1996 debido a que la Audiencia Provincial de La Coruña ha considerado que incumplió la voluntad de su esposa estipulada en el testamento de no volver a contraer nupcias, según informa El País.

La sentencia revela que la primera mujer dejó escrito ante notario en 1975 que nombraría a su esposo como heredero de todos sus bienes si bien con la condición de que este no volviese a casarse. Aunque no lo hizo, el juez considera probado que el hombre tuvo una convivencia estable de 25 años con otra mujer, por lo que esta unión de hecho anula la herencia.

El esposo tendrá que devolver ahora la herencia a sus cuñados, ya que fue la hermana de la fallecida quien interpuso la demanda al observar que su excuñado estaba incumpliendo la promesa que le hizo a su hermana.

El magistrado ha señalado que esta mujer tuvo una relación con el hombre desde finales de la década de los 80 hasta el fallecimiento de ella en 2016. “Ambos se comportaban socialmente como pareja”, se señala en la resolución, después de las “averiguaciones oportunas” realizadas a través de informes de la Policía Local.

Un lazo poco creíble

El hombre siempre había defendido que esta mujer era su “prima”, pero esta relación familiar no se ha llegado a comprobar. Él había justificado sus largas presencias en casa de ella debido a una enfermedad, motivo de la muerte de ella en el año 2016.

No obstante, una de las pruebas más evidentes en su contra era la lápida de su segunda esposa en donde rezaba “recuerdo de su esposo”, pues en la esquela se incluyó el nombre del hombre a continuación de “su esposo” porque poner “su primo” les parecía “frío”. Tampoco convenció al juez que fuese un mensaje del primer marido de esta mujer, fallecido 30 años atrás.

El tribunal ha condenado al hombre a devolver todos los bienes heredados y ha declarado nula cualquier transmisión “que pudiera haber realizado", aunque esto puede generar problemas legales con personas que adquiriesen dichos bienes sin ser conscientes de las circunstancias.