Los expertos han advertido en numerosas ocasiones que la COVID-19 no va a desaparecer de nuestras vidas, aunque se convertirá en una enfermedad menos grave, similar al resfriado común, debido a la inmunidad ofrecida por las vacunas y la infección.

En este sentido, el prestigioso virólogo Christian Drosten, homólogo de Fernando Simón en Alemania, ha precisado que el número de casos de coronavirus aumentará después del verano, aunque la enfermedad será controlable. Así, la nueva ola que se producirá en otoño marcará el comienzo de una “nueva fase endémica” o una “epidemia estacional” que se repetiría durante varios años, pero que podría mantenerse bajo control a través de “los refuerzos de las vacunas”.

Variantes más competitivas y rechazo a la vacuna

Aunque confía en que para otoño la pandemia estará más controlada, el virólogo destaca dos problemas a los que se enfrentará la sociedad. Por una parte, cree que veremos una imagen “más competitiva de nuevas variantes porque “el estado inmunológico de la población será más heterogéneo”. Por otra parte, está el asunto que más le preocupa: que desaparezca la voluntad de vacunarse entre la sociedad.

“Tenemos algunos grupos que aún no han sido vacunados, tenemos aquellos que se han vacunado una vez y luego han perdido el impulso para conseguir el segundo, tenemos niños, y todos estos grupos tendrán que existir uno al lado del otro”, explica el jefe de virología del hospital universitario de Berlín y asesor del Gobierno alemán durante la pandemia. No obstante, la ausencia de vacunados ya no ocasionará nuevas olas pandémicas, sino que llevará “a brotes locales” controlables.

Todavía estamos en peligro

Así, el virólogo confía en que el control de la pandemia llegará en los próximos meses, aunque advierte de que todavía estamos en peligro: “A pesar de los claros indicios de que el virus estaba cada vez más bajo control, esta idea está en peligro de desaparecer socavada por personas que no pudieron recibir su segunda inyección o que creyeron que las vacunas ya no eran necesarias”.

“En este momento estamos en una frase de transición”, añadió Drosten en un popular podcast alemán llamado Corona Update, recogido por The Guardian. Y, desde su punto de vista, el objetivo más inmediato debe ser “que el 80% de la población adulta esté completamente vacunada”. Solo así se podrá saber cómo evolucionará la crisis sanitaria. Un porcentaje que espera que Alemania alcance a finales de agosto o mediados de septiembre.

Vacunación en menores y duración de la inmunidad

Otro de los objetivos que marca Drosten como importantes para los próximos meses es la vacunación de los niños y evaluar la rapidez con la que las personas vacunadas pierden la inmunidad: “Probablemente, serán especialmente las personas mayores que no reaccionan tan fuertemente a la vacuna de todos modos, quienes mostrarán una clara pérdida de inmunidad después de medio año o todo un año, mientras que los jóvenes no son tan propensos a hacerlo”.