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El oso que atacó a una mujer en Asturias es probablemente un macho en celo

La víctima se recupera tras recibir un zarpazo y sufrir una fractura de cadera al caer al suelo. El Seprona y la Patrulla Oso realizan un seguimiento.

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El oso que atacó a una mujer en Asturias es probablemente un macho en celo

El oso que atacó el pasado domingo a una mujer en Cangas del Narcea (Asturias) es posiblemente un macho en celo, según apuntan los expertos, que también descartan que se trate de un animal agresivo que pueda volver a atacar a los núcleos urbanos más cercanos de la zona.

El suceso tuvo lugar en torno a las 21:40 horas del domingo en el kilómetro 4,7 de la carretera CN-8, que comunica los municipios de Sonande y Sorrodiles con la capital del concejo. El oso pardo deambulaba por un camino cercano a la carretera cuando se encontró de frente con la mujer, que paseaba sola. De acuerdo con la Consejería de Medio Rural, el oso tuvo una reacción bastante típica: se levantó sobre sus patas traseras y atacó lanzando zarpazos a la mujer.

Seguimiento del oso

Según ha apuntado Miguel Fernández, guarda mayor de la Patrulla Oso del Gobierno de Asturias, única entidad especializada en España en oso pardo, se ha podido seguir el rastro del oso hasta un kilómetro desde el lugar del ataque. La Patrulla Oso, que mantiene abierto un operativo para localizar al animal, ha afirmado que se han recogido muestras de pelo y que lo más probable es que se trate de un macho en celo.

En el operativo también participa el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, que lleva a cabo un seguimiento del oso, tarea “no muy complicada” en esta época del año, pues es posible seguir las huellas y pisadas en la hierba y comprobar que no se acercan a los núcleos de población. Si se diera el caso, se ahuyentaría al animal mediante balas de goma y pirotecnia.

Fernández ha recordado que en esta zona “siempre hubo osos” y los vecinos “saben perfectamente que no hay un peligro inminente”. El oso pardo está declarado especie protegida desde 1973 y, de acuerdo con el último informe de la Fundación Oso Pardo, el número de ejemplares incrementa y se aleja del peligro crítico de extinción.