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Detectan una actividad radiactiva anormal en Chernóbil

Los expertos informan de una mayor actividad en las últimas semanas. El agua podría estar tras este aumento, que por ahora no preocupa a los investigadores.

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Detectan una actividad radiactiva anormal en Chernóbil
Gleb Garanich Reuters

Han pasado 35 años ya desde aquel 26 de abril de 1986. Aquel día sucedió en Chernóbil una de los grandes desastres de la humanidad, con la explosión del reactor número 4 de la central nuclear. Las consecuencias de entonces todavía están presentes hoy en día, y en las últimas semanas los investigadores han informado de una situación anormal en el lugar.

Los sensores que se colocan sobre el sarcófago de acero que rodea al edificio del reactor han revelado unos niveles más elevados de lo normal de neutrones, emitidos por una mezcla de escombros y material radioactivo. Esta tasa ha aumentado cerca de un 40% desde el año 2016.

El agua, posible causa

Una de las hipótesis que barajan los expertos es la posible infiltración de agua dentro del reactor. "El agua, sobre los neutrones, tendrá la capacidad de modificar su energía y facilitar todos estos fenómenos de multiplicación. Por eso una de las preguntas que hoy se plantea es saber si existen variaciones de humedad que hagan aumentar o no esta capacidad de multiplicación de los neutrones", apunta Igor Le Bars, del Instituto de Protección Radiológica y Seguridad Nuclear (IRSN) a Europe 1.

Sin temor a una explosión

El gran problema es la imposibilidad de conocer exactamente qué ocurre dentro del lugar que alberga el reactor destruido desde el accidente de 1986 en la central de Chernóbil. Sin embargo, los expertos consideran que no hay riesgo de una futura explosión.

"En cualquier caso, no tememos una explosión que degrade las estructuras de lo que queda de la planta y en particular del sarcófago. Por otro lado, es obvio que este fenómeno, si efectivamente corresponde a una reanudación de la reacción nuclear, hará que las operaciones de desmantelamiento sean aún más difíciles y complejas, porque el nivel de irradiación será aún mayor", tranquiliza Jean-Christophe Gariel, subdirector del IRSN. No obstante, valoran dos opciones: "Reforzar el sistema de medición o poner sustancias que absorban neutrones, algo que se hizo ya en 1990".