CORONAVIRUS

Cómo saber si la vacuna de la COVID me ha generado anticuerpos

La inmunóloga María Montoya explica que hay que observar la respuesta inmunológica, que puede ser de anticuerpos o celular, con un test rápido.

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Cómo saber si la vacuna de la COVID me ha generado anticuerpos
NOAH SEELAM AFP

Las vacunas contra la COVID-19 tienen el vital cometido de acabar con una pandemia que ha causado más de 3,5 millones de muertes en todo el mundo. Sin embargo, cabe la posibilidad de que un organismo no desarrolle los anticuerpos de que deben producir estos fármacos, lo que se denomina ‘fallo vacunal’, tal y como explica en El País María Montoya, jefa del grupo de Inmunología Viral en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CSIC) y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Inmunología, investiga el SARS-CoV-2.

Afortunadamente, la experta explica que este fallo no se ha observado en ninguna de las vacunas que se están usando actualmente en España: “Sabemos que las vacunas para la COVID-19 no son 100% eficientes porque su eficiencia está alrededor del 95 al 97%, pero eso no quiere decir que haya fallo vacunal en ninguna de las que se están utilizando”. Así, asegura que “no hay ninguna razón para pensar que una vacuna no genere anticuerpos porque la evidencia científica nos dice que todas las personas vacunadas están protegidas”.

Hay que observar la respuesta inmunológica

Para comprobar que una vacuna ha actuado como debe, hay que fijarse en la respuesta inmunológica, que puede ser de anticuerpos o celular, señala Montoya. “Actualmente hay muchos tipos de ensayos para saber si se tienen anticuerpos contra la proteína S, que es la que utilizan las vacunas que nos están administrando ahora”, añade. Por ello, para saber si el fármaco ha generado la protección esperada, basta con realizar una prueba rápida de anticuerpos contra la proteína S. De hecho, “aunque el test le dijera que el nivel de anticuerpos es bajito, no pasaría nada porque probablemente también tendrá respuesta celular”.

Sin embargo, la experta advierte de que “la respuesta celular es más compleja de observar”, con lo que se requiere un laboratorio especializado para observarla.

La vacuna no evita la infección, pero sí la enfermedad

Eso sí, María Montoya recuerda que “la vacuna actual no protege frente a la infección, sino que evita la enfermedad”. Esto significa que, dada su eficacia de entre el 95% o 97%, de cada cien personas vacunadas que contraigan la COVID-19, entre 95 y 97 pasarán la enfermedad de manera asintomática.

No obstante, las pruebas realizadas en Israel han revelado que las vacunas sí sirven para reducir la incidencia del coronavirus: “Con los millones de personas que se han vacunado, no solo están protegidos ellos, sino que incluso entre las personas de las comunidades ortodoxas que no se han vacunado, como a su alrededor los otros israelíes sí lo están, ha habido mucha menos incidencia de COVID-19. Es decir, se ha producido cierta inmunidad de grupo que ha protegido también a los no vacunados”.

También en Estados Unidos, Reino Unido o Europa se ha podido observar el efecto de las vacunas con una reducción de hospitalizaciones y mortalidad. “Estos datos son un buen indicador de que no hay fallos vacunales importantes a nivel poblacional”, concluye la experta.