La idea de Elon Musk para mejorar Internet que podría dejar a muchos sin ver las estrellas
Los astrónomos adviertes de que la red de satélites podría interferir en las observaciones científicas e inutilizar la mayoría de telescopios terrestres.
Elon Musk está acostumbrado a acaparar los medios de comunicación. Para bien o para mal, el empresario protagoniza multitud de noticias por sus controvertidas acciones. Una de ellas es llevar conexión a internet a los lugares más remotos de la Tierra con su empresa Starlink que ya ha puesto en órbita 1.500 satélites, y prevé que sean 12.000 a mediados de esta década.
De hecho, durante este mes de mayo ya se han realizado dos lanzamientos, mientras que otro está programado para este fin de semana, pendiente de la meteorología, y otro más antes de fin de mes. En cada uno de ellos se han puesto en órbita 60 satélites. Desde mayo de 2019, Starlink ha realizado 27 lanzamientos en total. Los satélites son visibles desde España y muchos usuarios de Twitter compartieron vídeos en los que se podían ver como una fila de luces que atravesaban el cielo.
Impacto negativo para la astronomía
En un principio, la idea de llevar internet a todos los rincones del planeta puede resultar positiva, pero los astrónomos se encuentran preocupados por los posibles problemas que causaría esta red de satélites. En primer lugar, se podría interferir en las observaciones científicas e inutilizar la mayoría de telescopios terrestres, según recoge El Confidencial. “El impacto para la astronomía sería prácticamente el principio del fin de la noche”, explica Didier Queloz, Premio Nobel de Física. “Ves estos satélites porque reflejan la luz del Sol”, añade. Como consecuencia, sería imposible ver las estrellas por la noche. Para evitarlo, la empresa de Musk ha recubierto los satélites con un revestimiento que reduce al 50% su luminosidad.
Sin embargo, ese no era el único inconveniente de esta constelación de satélites, ya que también podría provocar un campo electromagnético que interfiere con los elementos de medición radiométrica. Además, su elevado precio de 99 dólares al mes (81 euros, aproximadamente) evitaría su acceso a los países más pobres, con lo que, en realidad, internet seguiría sin llegar a todas partes.