Más hallazgos en el yacimiento descubierto en Caños de Meca
En las proximidades del Faro de Trafalgar se ha encontrado una tumba megalítica de la Edad de Bronce, una villa y baños romanos.
En los arenales de los Caños de Meca, en Barbate (Cádiz), se están encontrando restos de todo tipo, pertenecientes a diferentes épocas, que hacen del yacimiento descubierto un lugar excepcional. Los investigadores del grupo HUM-440 de la Universidad de Cádiz, liderados por el catedrático de Arqueología Darío Bernal, han encontrado restos prehistóricos y romanos, presentados este pasado jueves ante medios y autoridades.
En el cabo de Trafalgar, en el siglo I a. C. se construyó una impresionante villa romana, por orden de un poderoso señor, con una zona para la cría de pescado y la elaboración de salazones. En ese mismo lugar, en la Edad de Bronce, se encontraba una tumba megalítica excavada en la roca.
Pero es que apenas un siglo después, se construyó un baño romano. Y después se erigió una villa medieval de Meca, más adelante se libró en el año 1805 una gran batalla y también se construyó el faro por el que hoy se reconoce el lugar. Es decir, increíbles pasajes históricos en un mismo enclave de la región de Cádiz.
La tumba megalítica de la Edad de Bronce
Inicialmente, los investigadores querían investigar los orígenes de la acuicultura en la zona de la Bética romana en Cádiz, mediante su proyecto Arqueostra, pero por sorpresa dieron con tres hallazgos en unos 500 metros de radio. Al comenzar a pasear por el camino que sube al faro de Trafalgar, se observó una disposición de las piedras que no era normal, y al proceder a excavar dieron con una tumba megalítica de la Edad del Bronce con 3.800 o 4.000 años de antigüedad.
Esta se encuentra intacta, nunca expoliada, y en ella se encuentran los restos de seis mujeres y un niño. A través de un pasillo o corredor se podía acceder a una cámara subterránea excavada en la roca, y allí estaban los restos de cinco de los cuerpos en el camino y el sexto en el interior.
La mujer que se encuentra en la cámara sería la última en ocupar el lugar, sellando la entrada y hasta entonces no se había vuelto a abrir. Los investigadores creen que podría tratarse de un complejo funerario y que podría haber enterramientos similares cerca.
La villa y los baños romanos
Al lado de la tumba se ha podido encontrar una auténtica villa romana, de la cual se desconoce la identidad de su autor. Tiene más de 500 metros cuadrados y data del siglo I a. C. Contiene habitaciones y otros espacios dedicados al cultivo de pescado y a la salazón. Incluso se han encontrado restos de un garum, que era una salsa romana famosa con especias y vísceras de pescado.
A los pies del acantilado también se han encontrado restos de una piscina que se utilizaba precisamente para la cría de peces. No obstante, los investigadores apuntan a que el lugar se abandonó en el mismo siglo en el que se construyó, lo cual nos lleva al otro hallazgo romano.
Se trata de un balneario o conjunto de baños romanos a unos 500 metros del faro, con tres salas de vapor. Un complejo termal que tendría como fecha el siglo I d. C, es decir, un siglo después, y que se mantuvo en uso hasta el año 400. Se conservan en buen estado estancias y muros con las puertas, gracias a la sedimentación natural de la zona. Todo este descubrimiento ha sido fruto de la primera excavación científica realizada en el cabo y sus inmediaciones, pero la expectación generada ha provocado que se haya pedido a los visitantes que no se acerquen e incluso se ha enterrado de nuevo todo provisionalmente.