Mauro Morandi es un italiano de 81 años que se mudó a la isla de Budelli, en el norte de Cerdeña, en el año 1989. Y ahora, debido a la presión de las autoridades, se verá obligado a abandonar este enclave en el que vive desde hace más de 30 años.

El propio Morandi explicó en declaraciones efectuadas en 2018 a la BBC las vueltas que dio hasta acabar en Budelli: "Siempre he sido un poco rebelde. Estaba bastante harto de muchas cosas sobre nuestra sociedad: el consumismo y la situación política que había en Italia".

Atractivo turístico

"Decidí mudarme a una isla desierta en la Polinesia, lejos de toda civilización. Quería comenzar una nueva vida cerca de la naturaleza". Posteriormente, él y varios amigos aterrizaron en el archipiélago transalpino de La Maddalena, donde planeaban trabajar y ganar dinero para financiar el resto de su viaje. 

Pero después de llegar a Budelli y conocer al guardián de la isla, que estaba a punto de jubilarse, Morandi decidió quedarse y ha permanecido en la isla hasta entonces. Famosa por su playa rosa, se trata de un destino muy atractivo para los turistas, lo que le llevó a recibir varias amenazas para marcharse del lugar.

Protección de la isla

Para intentar desalojarle, el presidente del Parque Nacional La Maddalena, Fabrizio Fonnesu, aseguró en 2020 que Morandi había llevado a cabo alteraciones ilegales en su cabaña, una antigua estación de radio datada de la Segunda Guerra Mundial. Pero una petición hecha al Gobierno italiano para que le permitiera quedarse reunió más de 70.000 firmas y logró permanecer en Budelli.

Pero el domingo, Morandi anunció su decisión de irse: se mudará a un pequeño apartamento en la cercana isla de La Maddalena: "Mi vida no cambiará demasiado, todavía veré el mar...". Asimismo, a través de Facebook mostró un deseo para la isla: "Me iré con la esperanza de que en el futuro Budelli esté protegido como lo he protegido durante 32 años".