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CORONAVIRUS

El brutal impacto de la vacunación en las residencias de ancianos

Con la mayoría de personas vacunadas en estos centros, del 29 de marzo al 4 de abril, apenas se han registrado 45 contagios y dos muertes por COVID-19.

El brutal impacto de la vacunación en las residencias de ancianos
MariscalEFE

Desde que estalló la pandemia, el coronavirus ha sido especialmente cruel con las personas mayores, sobre todo con las que viven en residencias. Pese a que estos centros han estado blindados durante gran parte de la crisis sanitaria, el virus lograba entrar de forma fácil y devastadora. Desde el 14 de marzo de 2020, al menos 19.012 ancianos han muerto a causa de la COVID-19 en residencias, según refleja el último informe del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). Además, otros 10.492 fallecieron en estos centros con un cuadro clínico compatible con la enfermedad, aunque no se ha podido confirmar.

Sin embargo, ahora con una vacunación superior al 90%, los usuarios y trabajadores de las residencias de mayores ya comienzan a respirar con tranquilidad. Las vacunas contra la COVID-19 que llegaron en diciembre hicieron soñar con el final de la crisis sanitaria y parece que el sueño se está haciendo realidad en estos centros, pues los decesos semanales por coronavirus han caído un 99,7% en dos meses y un 98,88% en las dos últimas semanas. Entre el 18 y el 24 de enero se registraron 718 muertes. La semana siguiente se alcanzó el pico de fallecimientos semanales de 2021, con 771. Pero, a partir de febrero, las cifras cayeron drásticamente, especialmente en los últimos 15 días. Se ha pasado de las 178 muertes notificadas entre el 15 y el 21 de febrero a las dos registradas en la última semana publicada, del 29 de marzo al 4 de abril.

Los contagios también han disminuido

Las vacunas también ha reducido notablemente los contagios en las residencias. En enero, antes de que comenzara a inocularse la segunda dosis, se llegaron a registrar casi 5.000 infecciones semanales. Un mes después, se detectaron 202. Y la incidencia ha continuado bajando hasta detectar apenas 45 contagios durante la primera semana de abril en cinco comunidades diferentes: País Vasco (22), Cataluña (10), Madrid (6), Castilla y León (6) y Castilla-La Mancha (1).

Todavía hay peligro

Los datos que llegan desde las residencias son celebrados por los expertos, pero también instan a ir con cuidado. “Hay que ir con precaución al abrir los centros. No hay suficiente población vacunada fuera de las burbujas que son esas residencias. Cuando tengamos más inmunizados en la población general, estaremos en un territorio más seguro”, advierte en El País Daniel López-Acuña, exdirector de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Cabe recordar, que fuera de estos centros, el porcentaje de población vulnerable vacunada es muy bajo: solo la mitad de los mayores de 80 han completado la pauta de vacunación, una cifra que baja al 3% entre las personas de 70 y 79 años y se sitúa en el 5% en la población de 60 a 69.

Además, López-Acuña recuerda que también “hay personas no vacunadas también en los centros y hay que protegerlas”. Según el último informe de vacunación del Ministerio de Sanidad, el 90,8% de las personas institucionalizadas en centros sociales, la mayoría ancianos de residencias, han recibido ambas inyecciones, pero todavía quedan usuarios que no han querido vacunarse o no han podido por tener contraindicaciones o haber estado enfermos.

Por otra parte, todavía queda información por conocer sobre las vacunas, como la duración de la inmunidad o el papel de las nuevas variantes en su efectividad. “Sabemos que las vacunas están protegiendo al menos seis, siete u ocho meses, pero hay que ir vigilando. Y las variantes podrían llegar a jugar un papel. No la británica [predominante en España], pero la brasileña o la sudafricana es posible que sí. En el laboratorio, la vacuna de Pfizer aguanta bien estas dos variantes, pero el laboratorio no es la vida real y habrá que verlo”, señala Salvador Peiró, epidemiólogo de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana.

La cuarta ola avanza en España

La comedida alegría que despierta la situación de las residencias contrasta con la inquietud que reina en España ante el avance de la cuarta ola de COVID-19. El viernes, el Ministerio de Sanidad notificó 10.875 contagios, y 149 muertes. Como resultado, la incidencia acumulada a 14 días ha aumentado su ritmo de ascenso, llegando a los 182 casos por cada 100.000 habitantes, lo que supone una subida superior a los siete puntos con respecto a la víspera, cuando estaba en 174,52, el valor más alto desde el 1 de marzo pasado. Este indicador sube este viernes en todas las comunidades menos Asturias, donde baja muy levemente, apenas cuatro décimas.

Por su parte, la presión hospitalaria también continúa subiendo. Desde el sábado, las camas ocupadas por afectados de coronavirus han subido en medio punto hasta el 7,48% actual. La diferencia es mayor respecto a hace 14 días, con un incremento de dos y medio.

A esto se suma el miedo por los efectos que puede tener la Semana Santa, que comenzarán a notarse a partir de la próxima semana.