La pandemia de COVID-19 ha reducido los viajes notablemente como consecuencia de las restricciones a la movilidad que se han implantado para combatirla. Sin embargo, las campañas de vacunación ya se están desarrollando en gran parte del mundo, lo que crea un ambiente de optimismo de cara a las vacaciones del próximo verano. En este sentido, el Consumer Choice Center, una organización de consumidores, destaca que el tren es uno de los medios de transporte favorito para los desplazamientos de trabajo y ocio.

De esta forma, ha lanzado la segunda edición de su índice ferroviario europeo, en el que analiza las 51 estaciones de tren más grandes de Europa y las valora según la experiencia de los pasajeros, así como atendiendo a criterios que van desde la limpieza al acceso a destinos o multitudes en los andenes. Como resultado, estas son las estaciones europeas que conforman el top 5:

1. Leipzig Hauptbahnhof (Leipzig), con 116 puntos.

2. Wien Hauptbahnhof (Viena), con 108 puntos.

3. St. Pancras (Londres), con 106 puntos.

4. Amsterdam Centraal (Ámsterdam), con 101 puntos.

4. Moscow Kazansky (Moscú), con 101 puntos.

5. Frankfurt (Main) Hauptbahnhof (Frankfurt am Main), con 96 puntos.

5. München Hauptbahnhof (Múnich), con 96 puntos.

Una estación española en la lista

En el puesto 31 de esta lista que recoge las mejores estaciones europeas se encuentra la española de Atocha, situada en Madrid. Se trata de una de las estaciones con más tráfico de pasajeros en nuestro país, ya que funciona como nudo ferroviario. Su inauguración se remonta a 1851, bajo el nombre de Embarcadero de Atocha, con la función de unir Madrid con el Real Sitio de Aranjuez, donde la reina Isabel II tenía su palacio. Fernando Vicente, profesor de Historia Contemporánea de la UCM, explica en Telemadrid que embarcadero, “era como se denominaba a las estaciones a mediados del siglo XIX”.

Se trataba de un embarcadero modesto, construido con una sencilla estructura y las vías del tren. Sin embargo, con el auge industrial y de movilidad las instalaciones, aunque eran modernas para la época, resultaban insuficientes. Esto derivó en varias reformas y ampliaciones que dieron lugar a la estación central de Madrid. Pero seguía sin ser suficiente. A finales del siglo XIX, el propio Gobierno central exigió a la compañía ferroviaria que construyera una estación más grande. Construida bajo la dirección de Alberto de Palacio, un colaborador del arquitecto Gustave Eiffel, se inauguró en 1894.

Entre 1985 y 1992 el arquitecto Rafael Moneo dirigió la última ampliación y remodelación, principalmente para cuadruplicar la capacidad de la Estación de Atocha y para hacer posible la llegada de los trenes de alta velocidad. El edificio de la estación se convirtió entonces en el actual espacio comercial y el jardín. Así pues, desde 1992, la Estación de Atocha está dividida en dos estaciones: Estación Puerta de Atocha y Estación Atocha – Cercanías.