Las mascarillas, esa herramienta tan extendida para frenar la propagación de la COVID-19. Este tipo de protección facial lleva casi un año siendo obligatorio para desempeñar nuestras actividades diarias. Con el paso del tiempo, han surgido diversos modelos con eficacia y características diferentes. Entre ellos encontramos las mascarillas reutilizables, que es posible lavarlas para no tener que tirarlas tras un solo uso.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aconseja lavar estas mascarillas de tres formas diferentes. En primer lugar, podemos sumergirlas en agua a una temperatura entre 60°C y 90°C (un ciclo normal de lavado) con detergente normal. También podemos meterlas en un cubo que contenga una dilución de agua con lejía durante unos 30 minutos para, después, lavar con agua y jabón hasta eliminar los restos de lejía. Por último, podemos emplear un viricida autorizado, que siga la normativa EN 14476. Después de su aplicación, lavar con agua y jabón para no dejar restos químicos.

Planchar puede recuperar ciertas propiedades

Además de estos tipos de lavado, es recomendable planchar las mascarillas de tela, aunque la OCU aclara que esta acción solo es “un requisito particular de un tipo de tratamientos hidrófugosque las fibras necesitan para recuperar su estructura”. Estos tratamientos son los que hacen que el tejido se vuelva impermeable y proteja contra aerosoles sólidos y líquidos. A su vez, se garantiza la eficacia de filtración bacteriana y respirabilidad de la mascarilla.

No obstante, asegura que “en cualquier caso, un planchado ligero no es perjudicial para estas mascarillas textiles”, aunque aconseja seguir las recomendaciones que se indique en el envase de la mascarilla. Precisamente, en muchos casos se recomienda planchar para que la mascarilla recupere su eficacia completa de filtración.

Por su parte, Carolina Saravia, enfermera jefa de la clínica Cath, en Chile asegura en el medio El Mostrador que planchar las mascarillas después de lavarlas con algún detergente o jabón hipoalergénico y enjuagarlas bien puede ayudar a reducir las heridas cutáneas que han sufrido muchas personas, especialmente durante el verano: “De esa forma nos aseguraremos que se encuentra limpia y libre de productos que puedan también contribuir a causar alteraciones de la piel”.