La pandemia de COVID-19 ha disparado la venta de perros. La soledad que sintieron muchas personas durante el confinamiento al que fue sometida la población española desde marzo hasta junio de 2020 y las medidas de seguridad adoptadas por las autoridades, como el teletrabajo, han aumentado la necesidad de buscar compañía. Además, en el confinamiento las mascotas también se convirtieron en la excusa perfecta para salir a pasear.

Como consecuencia, la demanda de perros ha aumentado considerablemente, pese a que el precio de los cachorros ha subido de los 600 a los 1.200 euros. Además, las protectoras de animales también se han quedado medio vacías. Actualmente, solo queda el 50% de los perros, perteneciendo la mayoría a la considerada raza peligrosa, aunque no por ello estos animales deban estar estigmatizados.

Preocupa el abandono

El incremento de adopciones y compra de perros puede verse como una gran noticia, ya que significa que estos animales han encontrado una familia con la que convivir. Sin embargo, y pese al fuerte vínculo que suele unir a las personas con sus mascotas, los profesionales están preocupados por el abandono al que pueden ser sometidos los perros cuando regrese la normalidad y puedan viajar de nuevo o realizar todas las actividades que ahora no pueden. “No es ningún juguete o regalo”, por lo que si entra en nuestra familia tendrá que ser para siempre un miembro más, recuerdan los expertos en declaraciones recogidas por la agencia Atlas.