CORONAVIRUS

Investigadores instan a retrasar la segunda dosis de la vacuna de Pfizer

Los expertos alegan que la administración de la segunda dosis un mes después de la primera proporciona "poco beneficio adicional a corto plazo".

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Investigadores instan a retrasar la segunda dosis de la vacuna de Pfizer
KAZUHIRO NOGI AFP

La primera dosis de la vacuna desarrollada por Pifzer y BioNTech podría presentar una eficacia del 92,6%, y no del 52,4% como se pensaba en un principio, según Danuta Skowronski, jefa de Epidemiología de Influenza y Patógenos Respiratorios Emergentes del British Columbia Centro de Control de Enfermedades (BCCDC) de Canadá y Gaston De Serres, epidemiólogo del Instituto Nacional de Salud Pública de Québec.

Por ello, ambos investigadores instan a los gobiernos a retrasar la administración de la segunda dosis para poner la primera inyección al mayor número de personas posible ante la escasez de vacunas que hay actualmente.

Escaso beneficio a corto plazo

En una carta publicada este miércoles en la revista científica The New England Journal of (NEJM) Medicine, los expertos sugieren que “con una primera dosis tan protectora, los beneficios derivados de un suministro escaso de vacuna podrían maximizarse aplazando las segundas dosis hasta que a todos los miembros del grupo prioritario se les ofrezca al menos una dosis”.

En este sentido, si bien reconocen que “puede haber incertidumbre acerca de la duración de la protección con una dosis única”, aseguran que “la administración de una segunda dosis dentro de 1 mes después de la primera, como se recomienda, proporciona poco beneficio adicional a corto plazo”, mientras que las personas de alto riesgo que se quedan sin recibir la primera dosis quedan “completamente desprotegidas”.

“Dada la escasez actual de vacunas, el aplazamiento de la segunda dosis es una cuestión de seguridad nacional que, si se ignora, seguramente resultará en miles de hospitalizaciones y muertes relacionadas con la COVID-19 este invierno en Estados Unidos. Hospitalizaciones y muertes que habrían sido prevenidas con una primera dosis de vacuna”, sentencian.

Pfizer delega la responsabilidad a las autoridades sanitarias

Pfizer no ha tardado en responde a esta carta. En la misma revista, la farmacéutica estadounidense ha manifestado que aún no se habían evaluado regímenes de dosificación alternativos de su vacuna y que la decisión de hacerlo recae en las autoridades sanitarias de cada país o continente: “En Pfizer creemos que es fundamental que las autoridades sanitarias realicen una vigilancia de los programas de dosificación alternativos implementados para garantizar que las vacunas brinden la máxima protección posible”.

Anteriormente, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA) se mostraron contrarias a priorizar la primera inyección y extender los plazos entre ambas dosis. La EMA recomendó no alargar la administración de la segunda dosis hasta los 42 días porque, aunque la información del producto no especifica el tiempo que debe pasar, “las recomendaciones posológicas hacen una referencia explícita (...) donde se especifica, respectivamente, que la evidencia de eficacia se basa en un estudio en el que la administración de 2 dosis se realizó con 19 a 42 días de diferencia”. Así, cualquier cambio debe respaldarse con datos clínicos, “de lo contrario, se consideraría como ‘uso no indicado en la etiqueta’”.

Por su parte, la FDA advirtió también de que cambiar las dosis de las vacunas puede poner “en riesgo” la salud pública y minar los esfuerzos por inmunizar a la población: “Es prematuro sugerir cambios en las dosis (dos para la de Pfizer y la de Moderna con 21 y 28 días de intervalo entre cada dosis) o en los programas autorizados por la FDA sobre estas vacunas y estas sugerencias no se basan sólidamente en la evidencia disponible”.

Reino Unido apostó por esta estrategia

Pese a la postura de la FDA y la EMA, Reino Unido comenzó a seguir la estrategia propuesta por Danuta Skowronski y Gaston De Serres. Así, desde que comenzó su campaña de vacunación, decidió alargar hasta 12 semanas la administración de la segunda dosis para llegar a un mayor número de ciudadanos con la primera. De esta forma, hasta el pasado martes se habían administrado ya 15,57 millones de dosis, mientras que solo 546.165 personas habían recibido la segunda inyección.