Dos enfermeras españolas consiguen sacar más dosis de cada vial
Las sanitarias explican que, si cada dosis de Pfizer es de 0,3 mililitros, queda en el vial un remanente de 0,45 ml, con lo que podría vacunarse a otra persona.
El pasado mes de enero, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) anunció que los viales de la vacuna contra la COVID-19 desarrollada por Pfizer y BioNTech proporcionaban seis dosis, y no cinco como se indicó en un principio, si se usaban las jeringuillas de bajo volumen muerto. Ahora, en cambio, las enfermeras valencianas Ana Sola Martín y Natalia Coll García han demostrado que puede extraerse hasta siete dosis con jeringas específicas y agujas mucho más precisas.
Un descubrimiento que aceleraría el ritmo de vacunación y que ha sido avalado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). “Se puede utilizar una séptima dosis si se garantiza que se consigue obtener la dosis indicada -0,3 ml- y se siguen las precauciones e indicaciones de administración especificadas en la ficha técnica (como, por ejemplo, no combinar el volumen sobrante de vacuna de varios viales)”, ha explicado Sanidad a NIUS. De hecho, la AEMPS asegura que “el sobrellenado es una práctica habitual en este tipo de presentaciones farmacéuticas”.
Cálculo matemático
Ana Sola y Natalia Coll realizaron diferentes pruebas de simulación, respetando siempre las indicaciones para la preparación de la vacuna de Pfizer, con el fin de “maximizar cada vial y aumentar la disponibilidad de dosis para tener al mayor número de personas inmunizadas en menor tiempo”, según señalan en Levante-EMV.
Conscientes de que la séptima dosis podía extraerse “por pura matemática”, comenzaron a calcular. Sola explica que cada vial de Pfizer contiene 0,45 mililitros, los que hay que añadir 1,8 mililitros de suero fisiológico. “Nos encontramos así con viales de 2,25 mililitros, de los que hay que sacar las dosis, y cada dosis es de 0,3ml”. Así, quedaría en el vial un remanente de 0,45 mililitro, lo que significa que “queda una dosis en el vial por administrar”.
Esto es algo que “se puede lograr con el material adecuado y con la precisión del personal”, señala. Lo más importante es eliminar “los espacios muertos” existentes en las jeringuillas y agujas para no perder ni una sola gota de la dilución realizada, ya que es “oro líquido”. Para ello, Coll propone usar una aguja 25G, la que se usa en la jeringuilla de insulina: “Es mucho más pequeña, tiene más espacio muerto y es mucho más precisa. Por tanto, tendríamos menos pérdidas en ese ‘oro líquido’ que es ahora mismo la vacuna”.
“Sería frustrante que, con este método, se pueda conseguir una dosis extra (la séptima dosis por vial), y que se desechara porque esta séptima dosis no está aprobada en ficha técnica, cuando el propio laboratorio, ya en una anterior ocasión hizo una corrección en relación al número de dosis por vial, pasando de cinco dosis a seis dosis en la actualidad”, sentencian las enfermeras.