Más allá de las devastadoras consecuencias que la irrupción del SARS-CoV-2 ha traído consigo a nivel sanitario, abundantes y dolorosas, lo cierto es que también ha generado una serie de incomodidades de obligado cumplimiento para la población. La necesidad de llevar mascarillas para evitar el contagio y la propagación del virus ha sido una de ellas, y los usuarios de gafas los principales damnificados.

Y es que se trata de una combinación que provoca, por la acción del vaho, una limitación relativamente constante de la visibilidad con la que hay que convivir. Para paliar esta situación no son pocos quienes recurren a remedios caseros más o menos ocurrentes para tratar de aliviar el problema, pero la realidad es que la mayoría no funcionan, o no el tiempo deseado.

Entonces, si los remedios caseros no funcionan o su aplicación requiere de ciertas particularidades y el resultado no está, ¿qué podemos hacer? Pues la otra opción es recurrir a los productos antivaho que hay en el mercado en forma de líquidos, pulverizadores o gamuzas, que presumen efectividad y duración.

Sin embargo, como se observa en la tabla, no es oro todo lo que reluce. “Para nuestro análisis escogimos cinco productos antivaho: tres gamuzas y dos antivaho en pulverizador. Comprobamos que efectivamente algunos de ellos son eficaces y ayudan a paliar el problema, pero no hacen milagros. Y desde luego, no son soluciones duraderas: tres de los productos anunciaban un efecto duradero de entre 10 y 12 horas, pero en la práctica su efecto no se extiende más allá de 3 horas”, concluye la Organización de Consumidores y usuarios.