El pasado 5 de diciembre se produjo la fuga de dos presos del Centro Penitenciario Madrid III, conocida como la cárcel de Valdemoro. Los reclusos que lograron huir son Jonathan Moñiz Alcaide, un peligroso butronero que es conocido como ‘El Piojo’, y su hermano Miguel Ángel. Desde entonces se ha llevado a cabo una investigación que ya ha aclarado cómo pudo suceder la fuga de estos presos, que continúan en paradero desconocido.

Según desvela el diario El País, las pesquisas puestas en marcha por el Ministerio del Interior han revelado que la evasión de ‘El Piojo’ y su hermano se produjo gracias a la actuación presuntamente negligente de dos guardias civiles y a la supuesta colaboración de un funcionario de la cárcel, quien podría haber mantenido una estrecha relación con los fugados, según detalla este medio.

La agencia EFE detalla que a los dos agentes de la Guardia Civil se les ha abierto un expediente disciplinario para ver si hubo negligencia en su actuación y, en función del resultado, se hará una propuesta de sanción. Los informes serán enviados al juzgado de Valdemoro que investiga las circunstancias de la fuga. Este organismo será quien decida la posible relevancia penal de la actuación de los guardias y el trabajador de la prisión.

La primera fuga en esta prisión

Esta huida fue la primera que se produjo en la cárcel de Valdemoro en los 29 años que lleva en funcionamiento. En un primer momento trascendió que los dos presos podrían haber recibido ayuda para lograr escapar del centro penitenciario madrileño, algo que parecen confirmar las investigaciones llevadas a cabo. Antes de este suceso, la última fuga que se había tenido lugar en España sucedió en 2019 en Melilla.

Jonathan Muñiz Alcaide, más conocido como ‘El Piojo’, fue detenido en 2012 y se le atribuían 11 delitos de robo con fuerza, uno de tenencia ilícita de armas, tres de daños y detención ilegal, dos delitos contra la seguridad del tráfico, uno de receptación de material robado y dos de falsificación de documentos.

Este recluso y su hermano consiguieron escapar de la prisión de Valdemoro tras poner un plan preparado, que incluyó la obtención de una llave del cuarto de maletas, almacén donde se guardan pertenencias de los presos. Tras serrar los barrotes de la ventana de este cuarto, saltaron a un tejado que da a una zona de aislamiento y desde allí llegaron a la valla perimetral de la prisión, barrera que lograron superar.