En Cuba, según ha anunciado el director del Instituto Finlay de La Habana, las líneas maestras del plan para la lucha contra la COVID-19 ya están trazadas. El objetivo es inyectar 100 millones de dosis de su vacuna a toda la población antes de que acabe el año.

De momento, hay cuatro proyectos locales en marcha. Soberana 2 es la candidata más avanzada y en la que se tienen puestas todas las esperanzas. “Tenemos la capacidad para fabricar 100 millones de dosis”, confirmaba el doctor Vicente Pérez, y añadía: “Si todo sale bien, este año tendremos a toda la población vacunada”.

Soberana 2 ha comenzado ya con los ensayos clínicos de la segunda fase, en la que participan 900 voluntarios. Se estima que, en caso de que no haya imprevistos, pudiera entrar en marzo en la fase III, la última antes de ser aprobada, para la cual se utilizarían 150.000 voluntarios.

Evolución de los ensayos y características de la vacunación

La que más probabilidad tiene de ser la primera en ser inyectada es Soberana 2, desarrollada por el Instituto Finlay. Para la última fase ya se ha firmado un acuerdo con el Instituto Pasteur de Irán para colaborar en los últimos estudios.

Mientras tanto, esta institución también se está encargando de Soberana 1, que actualmente se encuentra en la primera fase de ensayos clínicos y la intención con ella es que en febrero comience una fase nueva y sea también probada con personas que se estén recuperando. Estas dos se administrarían por inyección.

Junto a ellas, se encuentran Abdala y Mambisa, desarrolladas por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), también todavía en las primeras fases. La primera sería mediante inyección y la segunda por spray nasal.

Conforme vayan siendo aprobadas serán producidas en América Latina. Para los cubanos sería gratuita y no obligatoria, mientras que se estudia que también se actúe de este modo con los turistas.

Situación epidemiológica actual de Cuba

El caso del país cubano no es muy preocupante en la región. Aunque cada vez hay más rebrotes, de momento contabiliza más de 19.100 contagios y unos 180 fallecidos por coronavirus, dentro de una población de 11,2 millones de habitantes.

Cuba ha tenido que recurrir a la producción de su propia vacuna por los problemas en las transacciones comerciales con otros países como Estados Unidos. "Para un país pobre como Cuba, comprar la vacuna que necesitamos para nuestra población es un problema económico", explica el director del Instituto Finlay.

Como este problema es histórico y viene de hace muchos años, Cuba ha desarrollado su propia industria biotecnológica, con la búsqueda de sus propios medicamentos y vacunas, y realizando grandes descubrimientos.