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Suiza persigue a 400 esquiadores británicos fugados de la cuarentena

Los turistas debían pesar un confinamiento de 14 días tras su llegada al país debido a la nueva cepa de coronavirus. Se cree que ya no están en el país.

Suiza persigue a 400 esquiadores británicos fugados de la cuarentena
GIAN EHRENZELLER EFE

Como muchos países de Europa, Suiza aumentó sus controles tras conocer la exigencia de una nueva cepa del coronavirus, detectada el pasado 19 de diciembre en Reino Unido. Desde entonces, se activó una alerta en todos los países europeos, llegando a cancelar vuelos de procedencia de las islas británicas con la intención de contener el virus en el país. Días después también se notificó otra nueva cepa en el país británico, aunque procedía de Sudáfrica. Tan solo han bastado dos semanas para que Suiza notificara sus primeros casos de esta cepa: siete en total.

De estos siete, uno de ellos se ha dado en la región de Valais, una de las zonas más turísticas del país, donde se encuentran algunas de las pistas de esquí más famosas. "El paciente ha sido identificado y ya se realizan todas las investigaciones”, informó Jean-Bernard Moix, director de Promoción de Salud de Valais. Mismo lugar en el que, desde el pasado mes de diciembre, buscan a 400 esquiadores y turistas británicos y sudafricanos que huyeron de la cuarentena que se les había impuesto a su llegada al país.

La aventura de estos turistas comenzó el pasado 21 de diciembre cuando, entre la oscuridad y el frío de la noche, se escaparon de sus confinamientos. El país les obligaba a pasar por una cuarentena de 14 días tras su llegada al país debido a la aparición de una nueva variante del virus en Reino Unido. Ese mismo día fueron 50 los turistas que se escaparon, quedando dentro entre 12 y 15 personas.

Multas de más de 9.000 euros

Sin embargo, la escapada más grande tuvo lugar entre el sábado 26 de diciembre y el domingo, día 27, de manera coordinadora en varias estaciones de esquí -sobre todo en la lujosa de Verbier, catalogada como la mejor del país-. Debido a su cercanía con la frontera con Francia, se cree que los turistas fugados podrían haber abandonado el país.

La desaparición se notificó después de ver que las bandejas de comida a las puertas de sus habitaciones permanecieron horas sin ser retiradas y, al abrir las puertas, vieron que las camas estaban intactas. De hecho, algunos huéspedes, ya fuera de Suiza, llamaron a los hoteles para pedir la devolución del dinero por los días no utilizados, según la BBC.

Estos turistas, buscados desde hace días, podrían enfrentarse a multas de hasta 10.000 francos, es decir, 9.200 euros. Mientras siguen las tareas de búsqueda, la región ya se dibuja como una zona de riesgo o una posible ventana a un repunte de casos debido a la nueva cepa de la COVID-19. Tal y como pasó en marzo, con la primera ola, que empezó en una lujosa estación de esquí austriaca de Ischgl.

Parte de los suizos se oponen a la apertura de las estaciones de esquí

Es por ello que muchos ciudadanos del país se han quejado de la apertura de las estaciones de esquí con la llegada de esta nueva mutación del virus. La población se encuentras dividida en opiniones, mientras las pistas siguen llenas de nieve y de gente en la entrada del nuevo año. Y es que estas estaciones y, sobre todo, el turismo de invierno, “representa en torno al 1% del PIB, pero en las regiones montañosas como el Valais y los Grisones más del 10%”, explica a Swissinfo Laurent Vanat, consultor especializado y autor de un informe sobre el turismo de nieve y montaña, tal y como recoge El País.

Sin embargo, muchos piensan que las estaciones de esquí deberían seguir las mismas restricciones que los restaurantes u otras espacios de ocio, los cuales se mantendrán cerrados hasta mediados de mes para evitar una mayor propagación del virus. Suiza cuenta con más de noventa pistas de esquís, siendo el sexto país del mundo con más estaciones.