Dinamarca, el país con mayor índice de exportación mundial de piel de visón, anunció en noviembre que iba a sacrificar a aproximadamente 15 millones de animales de esta especie tras haber descubierto en ellos una nueva mutación del coronavirus.

Los visones fueron enterrados en fosas comunes tras haber sido sacrificados para evitar la expansión de la enfermedad y podrían haber contaminado las aguas subterráneas en su proceso de descomposición, tal y como informó la radio local danesa.

Aguas contaminadas

Ante la incapacidad de incinerar a una cantidad tan grande de visones muertos, las autoridades ordenaron enterrarlos en millones de fosas poco profundas en un área de entrenamiento militar en el oeste de Jutlandia. Algunos de ellos han comenzado a salir a la luz con sus cuerpos repletos de gases.

El Parlamento ha anunciado que iniciará una investigación, mientras que una radio local ha informado de que un estudio para la agencia de protección ambiental ha determinado que las aguas subterráneas de la zona de Jutlandia podrían estar contaminadas, por lo que piden al Gobierno que tomen medidas de manera inminente.

El Ministerio de Alimentación, Agricultura y Pesca reveló esta semana que no podía explicar a ciencia cierta dónde se deshicieron de 4.700 toneladas de visones, según informó la emisora estatal 'Danmarks Radio'.

Visones desaparecidos

“Puede parecer tremendamente cuestionable cuando lo escuchas, pero no podemos dar cuenta de todos los visones. Puedes arrancarte el pelo que puede ser así, pero lamentablemente es la verdad. No es improbable que se hayan enterrado más de lo que se pensaba, esa es nuestra mejor apuesta en este momento”, dijo el ministro de Agricultura, Rasmus Prehn.

Según el ministerio, la Administración de Alimentos y Veterinaria danesa ha sido acusada de deshacerse de 31.000 toneladas de visón sacrificado, lo que equivale a aproximadamente 11 millones de cadáveres.

Unas 10.400 toneladas de animales se encuentran en las dos fosas comunes en Holstebro y Karup, al oeste de Dinamarca, mientras que otras 14.000 toneladas se han procesado en una planta que normalmente utiliza la industria peletera. Alrededor de 2.300 toneladas han sido incineradas o están en espera de incineración, lo que deja 4.700 toneladas de cadáveres, desaparecidos.

Impacto ambiental

"Es problemático que el Gobierno no pueda dar cuenta de dónde están estos visones y cómo han sido procesados. El impacto ambiental es obviamente diferente dependiendo de cuántas toneladas de visones se entierren en estas tumbas. Los ciudadanos que viven cerca de las tumbas tienen derecho a saber cuántos hay”, dijo a la emisora local Ulla Tørnæs, una funcionaria del partido liberal de oposición.