Las autoridades sanitarias han insistido sobre el riesgo de las reuniones familiares y sociales entre no convivientes si no se respetan las medidas de prevención ante el coronavirus, tras comprobar cómo aumentaban los contagios durante la segunda ola en eventos de este tipo.

El caso de una familia catalana que ha perdido a uno de sus miembros a causa de la COVID-19 y que ha visto seriamente afectados por la enfermedad a otros tres es otro ejemplo de la necesidad de no bajar la guardia en ningún momento ante el virus. Su historia ha sido recogida por TV3, donde sus protagonistas han relatado lo sucedido.

El origen fue una de las habituales comidas que un matrimonio tenía en casa de los padres de uno de sus integrantes. Núria y Marcel, nombres de las dos personas que formaban esta pareja, respetaban las normas de prevención y sólo se quitaban la mascarilla en el momento de comer, pero eso no evitó que el virus se propagase en este encuentro.

El padre de Núria mostró síntomas días después y, al igual que su mujer, su hija y su yerno, dio positivo a los diez días de producirse la comida. El hombre fue trasladado a la Clínica del Remei de Barcelona para ser intubado con ventilación mecánica y los otros tres miembros de la familia fueron hospitalizados. Núria y Marcel, además, tuvieron que ser ingresados en la UCI.

Núria y su madre recibieron el alta una semana después y el padre a los 45 días, pero Marcel no corrió la misma suerte y, tras sufrir complicaciones, perdió la vida a causa de la COVID-19. Contaba con 54 años de edad. “Siempre llevábamos la mascarilla, nos lavábamos las manos... El único día que nos pudimos contagiar fue aquel, el día de la comida. Ahora, cuando nos encontramos con mi hermano, con mi cuñada, siempre llevamos mascarilla. Cosa que antes no hacíamos, porque no había pasado nada... Hasta que pasa", relató Núria en TV3.