Un ciudadano español, de 36 años, ha pedido disculpas en Australia por provocar un confinamiento de tres días tras un brote en la ciudad de Adelaida. El motivo de su arrepentimiento llega después de que, tras dar positivo por COVID-19, ocultara a los rastreadores que tenía un segundo trabajo en una pizzería.

Esta persona, cuya identidad no sido revelada por las autoridades del país oceánico, llegó a Australia con un visado temporal para trabajar en un hotel en Adelaida. Sin embargo, también ocupaba un puesto de trabajo en otro lugar, el cual no comunicó a los rastreadores.

Una ciudad confinada durante tres días

Este hecho fue el detonante para que las autoridades locales tomaran la decisión de confinar durante seis días a más de 1,7 millones de habitantes, que viven bajo esta jurisdicción, con el fin de evitar la propagación del coronavirus. Al final, se redujo el tiempo de confinamiento a tres días.

El abogado del inmigrante español, Scott Jelbert, ha comunicado que "está extremadamente arrepentido y profundamente dolido" y que "él no tuvo intención de que las cosas se desarrollaran como lo han hecho". Además, también ha aclarado que "hasta el momento no ha sido acusado de ninguna violación de la ley".

Se están investigando las causas del brote

Ni en Australia del Sur ni en el resto del país se contemplan sanciones por mentir a los rastreadores, aunque, según el jefe de la Policía, Peter Harvey, se están analizando todos los hechos que han ocurrido y han dado lugar a un brote importante por coronavirus en Adelaida, según recoge Efe.

Dentro de esa investigación, está el análisis de los dispositivos electrónicos de este ciudadano español, que fueron confiscados por la Policía este pasado fin de semana. Además, también se ha interrogado a varias personas y se han recogido imágenes tomadas de algunas cámaras de seguridad.