Las claves para evitar contagios en una habitación cerrada
La llegada del frío provoca que se produzcan más reuniones en lugares interiores, que entrañan más riesgo a la hora de propagar la enfermedad.
- Utilizar espacios amplios mejor que salas pequeñas: naves, aulas magnas, etc. Cuanto mayor es una estancia, menor es la concentración de partículas víricas que se encuentran en el aire que respiramos.
-Ventilar las habitaciones con frecuencia, puesto que la circulación de aire diluye la densidad viral y el riesgo de exposición a inóculos elevados.
-Utilizar mascarilla en todo momento y solo retirarla de modo transitorio si hay que comer o beber.
-Mantener distancias entre personas. Evitar estar muy próximos dificulta que los aerosoles emitidos al hablar vehiculicen gotas respiratorias con viriones a la cara del interlocutor.
-Reducir el tiempo de las reuniones de grupos, ya que cuanto menor es la duración de una actividad grupal en un espacio cerrado, menor es el riesgo de inhalar viriones circulantes en el aire de la habitación.
Test de antígenos
Además de las precauciones mencionadas anteriormente, en las últimas semanas ha aparecido una nueva herramienta para reducir la propagación de la COVID-19: el test rápido de antígenos.
Gracias a ellos, se pueden identificar a todos aquellos que, con síntomas o sin ellos, podrían ser contagiosos en ese momento. De esa forma, su exclusión de un evento en un espacio cerrado reduciría drásticamente el riesgo de transmitir la infección a los asistentes.
Tienen varias ventajas respecto a las PCR: Son productos más baratos (valen menos de 5 euros), no precisan laboratorios para su realización, el resultado se obtiene en menos de 15 minutos, son fáciles de interpretar y no requieren personal especializado y reflejan mejor la fase de contagiosidad.