La mascarilla se ha convertido en un elemento imprescindible en nuestro día a día y seguirá formando parte de nuestra vida durante un largo periodo de tiempo. Las hay de todo tipo y hay que tener cuidado a la hora de comprarlas, ya que algunas no son homologadas y no tienen el mismo efecto protector que aquellas que sí lo están.

Pero, con la época de lluvias, la protección del elemento facial podría disminuir al mojarse el material de la mascarilla, tal y como ha informado a ‘Maldita Ciencia’ Maria Cruz Minguillón del Instituto Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC): “El material de las mascarillas cambia sus propiedades cuando se moja y su capacidad de filtración se puede ver afectada. Por eso no se han de mojar”.

Mascarilla y paraguas

“Los fabricantes dicen que tires la mascarilla cuando esté sucia o mojada, lo que implica de forma no explícita que no aseguran que los materiales mantengan la eficacia de filtración se mantenga cuando se mojan. La tendencia este otoño va ser mascarilla y paraguas”, añade Víctor Jiménez Cid, catedrático del departamento de Microbiología y Parasitología en la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Microbiología.

“Si una mascarilla se moja por nuestro sudor, respiración o saliva debe desecharse porque hay muchas bacterias que pueden crecer y no es higiénico.Si se moja por la lluvia la podemos secar y re-utilizar. Si una mascarilla se moja, deja de filtrar adecuadamente, tanto las quirúrgicas como las de tela”, ha dicho al citado medio Pepe Alcamí, virólogo del Instituto de Salud Carlos III.

Alternativa para la lluvia

“Una alternativa es llevar, además de la mascarilla, un protector tipo pantalla de plástico de los que te pones como un sombrero: sería el ‘paraguas’ de la mascarilla”, ha dicho el virólogo para ‘Maldita Ciencia’.