Las ocho regiones de España que se acercan al confinamiento domiciliario
Actualmente, la ocupación de camas UCI en España es del 24,24%, pero comunidades como Madrid o Aragón, así como Ceuta y Melilla, superan el 40%.
Los contagios de coronavirus siguen aumentando sin control por toda España y, con ello, crece también número de personas que necesitan ser ingresados. La presión hospitalaria está volviendo a amenazar al sistema sanitario español en esta segunda ola. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, en estos momentos hay 16.008 personas hospitalizadas por COVID-19, que ocupan el 13,72% de las camas de hospital disponibles, y que 2.163 de ellas requieren cuidados intensivos. De esta forma, el 24,24% de las camas disponibles para cuidados intensivos (UCI) están ya ocupadas por pacientes de COVID-19.
Sin embargo, seis comunidades y las dos ciudades autónomas sobrepasan el 25% de sus plazas disponibles, por lo que se encuentran en riesgo “muy alto”, después de que el acuerdo alcanzado por Gobierno y autonomías en el Consejo Interterritorial del jueves pasado pusiera en un 25% de ocupación en intensivos el límite para el máximo nivel de alerta. Las regiones que corren este peligro son Aragón (41,71%), Castilla y León (37,71%), Cataluña (34,12%), Ceuta (47,06%), la Comunidad de Madrid (40,28%), Melilla (64,29%), La Rioja (36,67%) y Navarra (37,59%).
Las UCI de Aragón son las que viven una situación más extrema, pues han visto subir su saturación hasta el 41,71%, su valor más alto hasta la fecha. Le seguiría Madrid, donde hay 3.176 pacientes ingresados con COVID-19, de los cuales 510 requieren cuidados intensivos, por lo que ocupan el 40,28% de las plazas UCI disponibles. También las dos ciudades autónomas superan el 40% de ocupación de camas UCI. En contraposición, Galicia y Canarias son las comunidades más desahogadas, con un 8,4% y un 11,51% de las camas UCI ocupadas por pacientes graves, respectivamente.
El confinamiento acecha
Joan Caylà, portavoz de la Sociedad Española de Epidemiología y presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis, advierte en El Mundo de que “si no hacemos bien el toque de queda, lamentablemente, iríamos a un confinamiento” porque “el sistema hospitalario está ya muy desbordado”. En caso de llegar al “50% o 60%” de ocupación UCI, junto a un incremento de casos, “habría que pensar” en el confinamiento, estima Caylà. No obstante, vaticina que este nuevo aislamiento sería “más corto”, aunque también resultaría nefasto “para la economía y psicológicamente”.
Lo cierto es que los territorios que se encuentren en el nivel de alerta 4, además de acatar las restricciones del nivel 3, podrían tener que acatar sufrir restricciones en la movilidad de personas, cierres perimetrales u otras limitaciones. Dentro de esto, estaría un nuevo confinamiento domiciliario, una medida que no descartó Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), en su rueda de prensa ofrecida ayer: “El confinamiento domiciliario es una de las medidas que siempre está sobre la mesa, fue la base del periodo de alarma previo”.
De hecho, Cataluña, que tiene una ocupación de camas UCI del 34,12% está meditando imponer el confinamiento domiciliario durante el fin de semana. “Es una opción que está contemplada”, advirtió el lunes la consejera de Presidencia del Govern, Meritxell Budó, en una entrevista concedida a Catalunya Ràdio. Para ello, sin embargo, deben pedir permiso al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Fernando Simónn valora positivamente esta medida: “Un confinamiento de dos días puede tener impacto, especialmente si es en dos días adecuados. Es lo que más eficacia tiene, pero debemos tener cuidado con el impacto secundario, que no es nada bueno”.