Apenas 24 horas después de que se anunciara la reapertura del ocio nocturno en Cataluña, el Govern ha dado marcha atrás en su decisión. La misma administración había dado a conocer que las discotecas y pubs podrían volver a abrir sus puertas sin pista de baile y con un horario reducido hasta las tres de la mañana. Sin embargo, este jueves el Departamento de Salud ha declinado su decisión.

El motivo principal es el aumento considerable de casos en la comunidad en los últimos días. La incidencia acumulada el las últimas dos semanas es de 200 casos por 100.000 habitantes y la velocidad de diseminación del virus está en 1,21, por encima de los valores que estima la comunidad científica para frenar la epidemia (por debajo de uno).

A pesar de que los expertos ya consideraran hace unos días que la decisión era “temeraria” y “peligrosa”, el Govern había dado el visto bueno este pasado martes para dar un paso más hacia la ‘vieja’ normalidad. Todo provocado también por la presión del sector del ocio nocturno que incluso llegó a manifestarse y advertir que los puestos de 37.000 personas y 3.700 empresas estaban en peligro. Una medida en la que se precipitaron, especialmente teniendo en cuenta que Cataluña decretó el cierre de estos locales hace dos meses dado el crecimiento de la curva epidemiológica.

“Desde que se trabajó en la resolución, hemos visto que el índice de rebrote ha subido y los indicadores de los próximos días indican que podría haber más subidas”, ha explicado un portavoz de Salud tras no publicarse el acuerdo para la apertura de los locales nocturnos en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña. Además, fuentes cercanas a Salud han confirmado las ‘discrepancias’ con otros departamentos de la comunidad como Cultura, Interior o Empresa, que también tomaron parte en este asunto. La decisión ha sido tomada por la consejera Alba Vergés y el secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, y ya se ha comunicado al resto del Govern, tal y como apunta El País.

“Es un riesgo que no nos podemos permitir”

″Para abrir discotecas, la incidencia tiene que ser mucho más baja y concienciar mucho más a los jóvenes. Abrirlas es un riesgo que no nos podemos permitir. Nos puede complicar la vida", avisa el epidemiólogo de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, Joan Caylà, ante la decisión que había tomado el Govern y que, finalmente, ha sido rechazada. El mismo experto apuesta por “ayudas económicas a los empresarios” del ocio nocturno para hacer frente a estos meses.

Toni Trilla, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínic, ve todavía muy arriesgada la reapertura del ocio nocturno: “Hay que garantizar una buena ventilación y que se mantenga la distancia. Hace falta un control por parte de las autoridades”, comenta, que incluso advierte que los botellones “pueden ser vasos comunicantes y algunas fiestas se deriven a estos locales con control”.

Sin embargo, Alberto García Basteiro, epidemiólogo del centro de investigación ISGlobal, se muestra más receloso: “Creo que el botellón lo hace la gente que no puede ir a bares, para ahorrar dinero. Esta medida no cambiará los botellones, sino que añadirá otro escenario asociado a la transmisión. Probarlo en ciudades grandes con alta transmisión, como Barcelona me parece una temeridad”.

No obstante, Manel Cervantes, jefe de Infecciosas del Hospital Parc Taulí de Sabadell, apunta que se ‘razonable’ intentar una reapertura de los locales. “Si no funciona, volvamos atrás. Pero veamos qué pasa y no criminalicemos todas las fiestas”.