El ‘casco espacial’ con ventilación que compite con las mascarillas
Protege frente al 99,97% de las partículas pequeñas, igual que las N-95, y se respira mediante unos filtros HEPA reemplazables.
Para combatir la pandemia, la tecnología no se iba a quedar atrás y no se iba a conformar con las mascarillas. Por eso, aunque en realidad ya estaban de antes, se han diseñado y adaptado los AIR. Son unos ‘cascos espaciales’, por llamarlos de alguna forma, dignos de una película de astronautas o posapocalíptica en la que no se puede respirar normal, y crean un microclima alrededor de tu cabeza.
“AIR se desarrolló con un enfoque singular: viajes más seguros y cómodos. Sabemos que este nuevo mundo no es ideal, pero cuando se trata de su seguridad, creemos que nada es demasiado extremo. Y cuando se trata de viajes aéreos, la comodidad es el rey”, se explica en la página web de MicroClimate.
Realmente, la idea de este nuevo invento diseñado por la incubadora tecnológica estadounidense Hall Labs es la de ir protegido durante los viajes, pero no de un planeta a otro. Inicialmente está pensado para el avión, pero su tecnología se adapta al tren, coche o al aire libre. El objetivo es sustituir a las mascarillas y que así se te pueda ver el rostro entero.
De hecho, así nació este ‘casco’. Michael Hall, el portavoz de MicroClimate y director gerente de Hall Labs, esquiaba con su familia cuando pensó que estaría genial un elemento que permitiera ver la cara a sus hijos en lugar del pasamontañas y las gafas. Entonces pensó en AIR, que después la llegada de la pandemia ha convertido en un objeto muy llamativo.
¿Cómo funciona y qué características tiene?
Como indica el propio nombre de la empresa que lo lanza, MicroClimate, lo que se crea detrás del visor es un microclima, que sustituye y simula el ambiente normal de fuera. Por ello, cuenta con un sistema de ventilación, con unos ventiladores para que no se empañe, y también con unos filtros HEPA reemplazables de tela lavables y extraíbles.
Además, estos filtros, que son los que proporcionan la entrada y salida del aire para respirar bien, cumplen exactamente con la misma función que las mascarillas N-95. Filtran el 99,97% de las partículas pequeñas, equivalentes a tres micras, misma proporción que la de las mascarillas. Y pesa 900 gramos.
Funcionan realmente como cualquier aparato tecnológico que llevemos encima, véase un móvil o una tableta, ya que tiene un cable USB-C incluido para cargar una batería de cuatro horas de duración y también se puede conectar a los AirPods. Posee dos fundas de cojín de dos tamaños, un paño de microfibra para su limpieza, un estuche de transporte, y es compatible con gafas.
Por último, en cuanto a su estética, como se puede apreciar en las imágenes tiene una tela de color negro que sujeta el aparato al cuello y se pega a la cúpula transparente que permite la visión. Está ya en el mercado, pero solo se puede adquirir de momento en Estados Unidos y a través de su página web por un precio de 199 dólares y con envíos a mediados de este octubre. Su éxito determinará su expansión por todo el mundo.