La vacuna contra la COVID-19 pone en peligro a medio millón de tiburones
El escualeno de tiburón, incorporado a una vacuna, permite tener una respuesta inmune mucho más fuerte, pero hace falta acabar con 500.000 ejemplares.
La búsqueda de una vacuna efectiva contra la COVID-19 es la prioridad de miles y miles de científicos e investigadores alrededor del mundo. En la actualidad, ya hay varios prototipos en las las últimas fases para comenzar una vacunación masiva, pero a pesar de ello, se siguen buscando otras nuevas fórmulas.
Una de ellas es la que investiga la farmacéutica británica GlaxoSmithKline, que pretende utilizar el escualeno de tiburones, obtenido a partir del aceite de hígado de dichos animales, para fabricar un antídoto que consiga frenar la infección por coronavirus. Este componente, añadido a una vacuna, permitiría una respuesta inmune mucho más efectiva.
500.000 tiburones para mil millones de dosis
Esta empresa ya ha utilizado este tipo de elemento para sus vacunas contra el resfriado común pero el problema actual se presenta en que para desarrollar un fármaco contra la COVID-19 se necesitaría matar a unos 500.000 tiburones.
La farmacéutica ya advirtió sobre el mes de mayo que fabricaría mil millones de dosis utilizando este componente, pero los defensores del mundo animal se han pronunciado contra esta iniciativa que acabaría con de medio millón de una de las especies que más peligran en la actualidad.
Frente a las quejas y críticas, los investigadores se plantean utilizar el escualeno sintético, una sustancia derivada de la caña de azúcar fermentada. Pero el componente del tiburón tiene un precio mucho menor debido a su facilidad de extracción (10 horas), por lo que la opción de utilizar el escualeno adulterado se dificultaría ya que se tardan unas 70 horas para obtenerlo.
Una especie muy amenazada
Estos animales marinos se encuentran amenazados en la actualidad debido a que, al año, suelen ser capturados unos 70 millones de ejemplares. Entre otros motivos, los tiburones suelen resultar muy atractivos no solo para las vacunas sino también para fines cosméticos.
Según dicen los expertos, al año se sacrifican unos tres millones de tiburones solamente para obtener la sustancia del escualeno y utilizarlo para productos de belleza y también para aceite para máquinas.
El problema es que la reproducción de esta especie es muy lenta debido a que suele ser cada tres años, por lo que su repoblación es bastante complicada, ya que la madurez sexual la suelen alcanzar a los 15 años. Además, el periodo de gestación dura entre 12 y 48 meses, según la especie.