CORONAVIRUS

La vacuna de Oxford ya paró en julio por otro problema de mielitis

Una mujer a la que se le había inyectado la vacuna y que sufre mielitis transversa es la causa de esta suspensión del ensayo clínico

La vacuna de AstraZeneca, la más avanzada y en la que había una mayor esperanza, ha sufrido un contratiempo y ha tenido que suspender sus ensayos clínicos. La razón, una voluntaria que accedió a que se le inyectase la vacuna, y no el placebo, tiene mielitis transversa. Así lo anunció la farmacéutica en la madrugada de este miércoles tras detectar una enfermedad que catalogan como “potencialmente inexplicable”.

Se trata de la segunda vez que sucede un parón de este tipo, pues el director de AstraZeneca ha confesado que en el mes de julio ya tuvieron que parar estos ensayos clínicos de la vacuna porque otro paciente mostró síntomas neurológicos a causa de una esclerosis múltiple. En ese caso sí se descartó que hubiera algún tipo de relación con la vacuna, pero en este segundo receso todo está en estudio de momento.

Según ha explicado Pascal Soriot, el director ejecutivo de AstraZeneca, en una conversación telefónica al banco de inversión J.P Morgan, la mujer que comenzó a sufrir los síntomas de la mielitis transversa está experimentando mejorías y es muy probable que reciba el alta hospitalaria en los próximos días. No obstante, realmente aún no se ha confirmado el estado de la voluntaria.

De momento, tampoco habría excesivos motivos para alarmarse, ya que no tendría por qué haber relación. De hecho, uno de esos voluntarios es un enfermero español, Joan Pons, y en declaraciones al programa Al Rojo Vivo, de La Sexta, confirmó que la dosis le fue suministrada el pasado 15 de julio y que él no ha manifestado ningún síntoma.

¿Qué es la mielitis transversa?

Es un trastorno poco común del sistema nervioso originado por la inflamación de la médula espinal. Se daña el revestimiento alrededor de las células nerviosas e interrumpe las señales entre los nervios espinales y el resto del cuerpo. Puede ocasionar dolor, debilidad muscular, parálisis y problemas de vejiga o el intestino.

Entre los síntomas, están el hormigueo en las piernas o los brazos, pérdida de sensibilidad, pérdida de fuerza en brazos o piernas, dolor en la parte baja de la espalda, problemas con el control de esfínteres de la vejiga o intestinos, o fiebre.