CORONAVIRUS

Guerra a las propinas en tiempos de pandemia

Existen aplicaciones para dar propinas a través del teléfono, un paso muy importante para los camareros pues pueden suponer hasta un 20% de su salario.

Guerra a las propinas en tiempos de pandemia

Cuando comenzó la pandemia, una de las primeras recomendaciones que lanzó la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue pagar con tarjeta en los establecimientos en lugar de con efectivo, ya que podía ayudar a reducir el riesgo de transmisión del virus. Sin embargo, esta acción está dejando otra víctima más de la COVID-19: las propinas.

“Lo peor ahora es hacer la caja de noche y comprobar que está llena de papeles y que no tienes dinero para pagar las cosas al día siguiente, y tienes que ir al banco”, lamenta Agustín Ares, del Paradiso, una cafetería situada en el centro histórico de Compostela. Continúa explicando en La Voz de Galicia que se ha llegado a cobrar cafés, que cuestan 1,20€, con la TPV. Mientras que por la barra y las mesas apenas quedan monedas de uno o dos euros, cuando el gasto final es mayor.

En este sentido, añora la presencia de turistas. “Faltan extranjeros”, expresa. Algo con lo que seguro están de acuerdo muchos hosteleros, ya que la camarera de un bar de la Alameda se topó en la mesa un billete de cinco euros después de cobrar unas consumiciones por menos de diez. Especialmente generosos son los turistas americanos, que tienen la costumbre de dejar entre un 15% y un 25% de propina.

El medio gallego también recoge el caso de otro pequeño local del casco histórico que apenas ha bajado su facturación este verano y ha necesitado todo el mes de agosto para juntar una cantidad de dinero que el año pasado acumulaba en menos de dos semanas, lo que refleja que el sobresueldo con las propinas pueden suponer un 20% del salario.

Método innovador para conseguir propinas

Lo que para los hosteleros ha supuesto una situación crítica, para otros ha sido una enorme oportunidad de impulsar sus ideas. Este es el caso de Silvia Fernández, que durante los últimos cinco años tenía una inmobiliaria. A ella, la pandemia le ha servido para impulsar una plataforma de pequeños pagos a través de códigos QR, llamada Tipper.es, que está enfocada a las propinas en los establecimientos. La idea surgió “tras identificar la necesidad de sustituir el pago en efectivo por la transferencia en el móvil”, cuenta en El Mundo.

Esta empresaria ya había realizado antes de la pandemia un estudio de mercado que reflejaba que las propinas estaban disminuyendo, algo que se ha acrecentado con el coronavirus y ha catapultado su aplicación. “Desarrollamos una plataforma, con una app, donde escaneando el código QR del trabajador le dejabas una propina en el acto. Ahora, con la COVID-19, el empujón ha sido brutal”, concreta Fernández.

Los beneficios del código QR es que el usuario no tiene que descargarse aplicación ni compartir datos personales. Los encargados de instalarla son el establecimiento y sus empleados, de tal forma que el cliente solo tiene que enfocar con su teléfono móvil el código QR del empleado y, al momento, se le redirige a una pasarela de pagos donde decide la cantidad que quiera donarle. “Se están bajando la App también fisioterapeutas y profesionales independientes de todo tipo”, señala la emprendedora junto a su socio Juan Sanz.