La búsqueda de una vacuna eficaz contra el coronavirus es la principal preocupación de los investigadores de todo el mundo tras el estallido de la pandemia. Se busca minimizar los plazos de un proceso que suele durar años, en el mejor de los casos. En ese especial interés por acortar los tiempos, Estados Unidos podría adelantar la administración de la vacuna antes incluso de que finalicen los ensayos de la Fase 3.

Así lo ha asegurado el jefe de la Administración de Alimentación y Medicamentos (FDA) del país americano, Stephen Hahn, en una entrevista con Financial Times. Sería, en todo caso, con carácter de emergencia. "Dependerá del desarrollador, si solicita una autorización y después se emite una autorización para su uso".

Hahn ha confirmado que "si lo hacen antes de terminar la Fase 3 podríamos considerarlo adecuado, o no, pero tomaremos una determinación. En la actualidad hay dos vacunas estadounidenses en esta última fase, las de Moderna y Pfizer/BioNtech, mientras que dos más entrarán en esta fase en septiembre.

¿Una decisión política?

Stephen Hahn se ha desmarcado de las acusaciones que indican que tras esta decisión hay intereses políticos. "La pandemia coincide con la temporada política y vamos a tener que superarlo y ceñirnos a nuestros principios". Además, señala que se basarán en un "criterio legal, médico y científico si el beneficio es muy superior al riesgo en medio de una emergencia sanitaria".

Otros países que han tomado decisiones similares han sido Rusia y China: en el caso del primero, fue la propia hija de Vladimir Putin la que probó la vacuna. "Nuestra autorización de uso de emergencia no es lo mismo que una aprobación completa", ha señalado al respecto Hahn.

Estados Unidos es, de largo, el país más castigado por la pandemia del coronavirus, con casi seis millones de contagios y una cifra de fallecidos que supera los 180.000. En la última semana se han superado los 40.000 casos diarios en cuatro días.