"Los sanitarios estamos absolutamente extenuados. Está pasando lo que dicen los libros que podía pasar: cuando la gente tiene un poco de tiempo para pensar y recapacitar sobre todas las cosas que ha vivido, empieza a desarrollar cuadros de ansiedad, depresión y estrés postraumático". Estas palabras, recogidas por el Huffington Post, pertenecen a Gabriel Heras, médico intensivista de un hospital de la periferia madrileña y director del Proyecto HU-CI (humanizando los cuidados intensivos).

La situación en España, a pesar de la mejora de los recursos, no mejora y el resultado de una encuesta de Twitter realizada por el Proyecto liderado por Heras es esclarecedora. A la pregunta "¿Estamos los sanitarios preparados para una segunda ola de #COVID19?", el 85% dijo 'no', mientras que el 33% fue más allá: "No, estamos exhaustos". A ese sentimiento deslizado en la red social hace referencia Gabriel en el resto de su intervención.

"Ahora, cuando llega una llamada de urgencia en planta por un paciente de coronavirus, hay sanitarios que luego tienen terrores nocturnos, pesadillas, angustia, no descansan, vuelven a la desesperación de sentir que otra vez estamos como estábamos en marzo. La sensación es muy desagradable", continúa. El médico hace hincapié en el sentir que se palpa cuando se vive la crisis sanitaria desde dentro: "Ahora mismo tenemos a 12 pacientes ingresados en UCI, y siete son con coronavirus. En febrero también empezamos con un paciente, luego tres, al día siguiente cinco y, a la semana siguiente, toda la UCI y todo el hospital estaban llenos de personas con coronavirus. Estamos con el runrún de que así empezó todo la otra vez", asevera.

"Hay gente que quiere dejarlo todo, que está con bajas por ansiedad..."

En la misma línea de pensamiento se mueve Pedro Gullón, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología y especialista en medicina preventiva y salud pública. "Es desalentador ver cómo algunos compañeros de la Atención Primaria o de hospitales tienen cuadros de ansiedad sólo de pensar en que va a pasar otra vez lo que ocurrió hace unos meses. Hay gente que quiere dejarlo todo, que está con bajas por ansiedad, y no sé si los profesionales podrán enfrentarse en estas condiciones a una situación similar a la de marzo", asume.

Además, Gullón apunta en otra dirección a la hora de analizar los problemas a los que se enfrentan los profesionales: "En la parte asistencial se distinguen dos aspectos de preparación: por un lado, si estamos preparados a nivel físico, y en esto creo que aprendimos mucho de la primera ola (ampliación de las camas de UCI, organización de los equipos, conocimiento de tratamientos…); el problema al que se enfrentan los profesionales sanitarios en esta segunda ola viene de la parte emocional".

"Estamos desolados, y más después de ver manifestaciones como la de los antimascarillas"

Ese sufrimiento mental viene de la mano de la falta de personal con la que se está afrontando esta nueva oleada y la falta de actitud de parte de la ciudadanía a la hora de cumplir las premisas marcadas para luchar contra la pandemia: "Estamos desolados, y más después de ver manifestaciones como la del otro día de los antimascarillas. Si antes de la pandemia el 50% de los sanitarios estaba quemado por las condiciones laborales, ahora imagínate al ver a gente aparentemente riéndose en nuestra cara".

Asimismo, Gullón señala que los "servicios de Salud Pública en Madrid y en Cataluña están saturados" e indica la necesidad de que "las comunidades autónomas den una vuelta más en el refuerzo de rastreadores". Aunque tiene claro que esto no viene de ahora: "Estamos hablando de un déficit bastante estructural, y tampoco hay tantos profesionales en paro. Se trata de un problema que viene de una planificación de hace décadas, y no creo que tenga solución en dos o tres semanas, aunque en seis meses sí se podría haber apuntado en una dirección".

"Entre el personal se crea una desafección muy grande hacia el sistema"

Marciano Sánchez Bayle, médico pediatra y portavoz de la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública, se alinea con Gullón, "muy pocas comunidades han hecho un esfuerzo para dotarse de más recursos", y también ataca a la falta de previsión y preparación, el el hospital de Ifema como ejemplo para ilustrarlo: "Para empezar,se abrió con muchas menos camas de lo que se dijo. Luego, cuando la presión comienza a bajar, se empieza a derivar a la privada y luego se cierra el Ifema y se echa a la gente. Entre el personal crea una desafección muy grande hacia el sistema y, probablemente, eso es lo más complicado de superar", zanja.

Fernando Simón, por su parte, en su intervención de la pasada semana, consideró que estamos lejos del colapso: "En España hay 3.596 camas ocupadas por Covid y de ellas 383 en UCI. Actualmente tenemos un índice de ocupación de un 3% del total de camas por el Covid y el sistema no está en riesgo de colapsar a nivel nacional".