CORONAVIRUS

El testimonio de una voluntaria de la vacuna de Moderna: "Si sale mal, qué le vamos a hacer"

Lynda Terrell, a sus 71 años y con diabetes, reveló a El Páis cómo vive como voluntaria las pruebas de la farmacéutica Moderna en la búsqueda una vacuna contra el coronavirus.

Una voluntaria es entrevistada antes de participar en los ensayos de la vacuna Moderna mRNA-1273 Coronavirus Efficacy en la lucha contra el coronavirus.
Henry Ford Health System AFP

Continúa la carrera por encontrar una vacuna contra el coronavirus y algunos de los proyectos más avanzados ya realizan las pruebas finales para demostrar que su compuesto puede generar inmunidad ante el virus antes de pasar a la fase de producción para comercializar las dosis a gran escala.

Una de estas últimas pruebas es la que está llevando a cabo la farmacéutica Moderna, que presenta uno de los proyectos más avanzados y que está en la fase final de pruebas. Esta farmacéutica está probando desde el pasado 27 de julio la fase final de su proyecto en personas que se han ofrecido voluntarias a lo largo de Estados Unidos.

Una de las personas que se han sometido a estas pruebas ha sido Lynda Terrell, que a sus 71 años y con diabetes de tipo 2 ha querido relatar su experiencia al diario El País. "Nunca vamos a derrotarlo, pero si la vacuna funciona podremos controlar la situación", manifestó.

Terrell es uno de los 30.000 voluntarios que han querido participar en la prueba, que consiste en la inyección de dos dosis en el plazo de un mes y en las que a la mitad se les suministra la vacuna y al resto placebo. La voluntaria afirma que, hasta el momento, no ha sufrido ninguna reacción al compuesto. "Se me ha quedado un poco dura la zona del brazo en la que me inyectaron pero salvo eso no he tenido ninguna reacción adversa. Me mido la termperatura cada mañana y tengo una especia de diario pero no he escrito apenas. A final de la semana me llamarán para ver si sigo viva".

Terrell también confesó que no es nueva en este tipo de experiencias, ya que también participó en un ensayo de un fármaco contra la diabetes. "Me preocupé porque pensaba que no iba a haber suficientes voluntarios y pensé que lo tenía que hacer. Debemos de poner de nuestra parte y siempre es mejor ser parte de la solución que del problema. No se lo he dicho a mi hijo, porque me hubiera dicho que no lo hiciera, pero hago siempre lo que me da la gana".

La voluntaria también quiso mandar un mensaje a aquellos que no están cumpliendo con las recomendaciones para frenar la expansión del virus. "Hay muchos idiotas que dicen que no llevarán mascarillas apelando a sus derechos, pero mi derecho es vivir. Algunos tienen ideas terribles pero me pregunto si los antivacunas no querrán vacunarse cuando se encuentre la cura", manifestó.