Cataluña es la comunidad autónoma más afectada por los brotes. No solo se han detectado en la comarca del Segrià, en Lleida, sino que hay que tres brotes más en la provincia leridana, tres más en Tarragona, uno en Girona y dos más en Barcelona, especialmente preocupante el de L’Hospitalet, con 300 personas contagiadas. La comunidad catalana ha registrado 2.148 positivos en los últimos siete días y 3.489 en las últimas dos semanas.

Lo que han evidenciado los brotes es que el sistema de rastreo en Cataluña no está funcionando. Ante la llegada de la nueva normalidad, el Gobierno central señaló que lo más importante era la detección precoz de los casos y rastrear los contactos de los positivos para atajar de raíz los brotes y así impedir la circulación del virus. Pero vistos los datos de Cataluña, la situación se ha descontrolado.

Sólo 200 rastreadores

El motivo que ha hecho que se llegue a este punto es la falta de rastreadores que existe en la comunidad autónoma. Hay un equipo de expertos encargados de encuestar a los casos positivos para indagar en sus contactos sociales, familiares y laborales y así determinar si el virus se ha seguido propagando. Sin embargo, ese equipo no llega a 200 en toda Cataluña, lo que parece una cifra escasa para una comunidad con alrededor de 7,6 millones de habitantes.

Por eso, varios referentes en el ámbito médico y sanitario, como Magda Campins, responsable de epidemiología del hospital Vall d’Hebron, han criticado que existan tan pocos rastreadores y han solicitado al Govern que ese número se multiplique por diez. A la petición los gobiernos de la oposición del Parlament de Cataluña, Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, y Núria Marín, regidora de L’Hospitalet.

Reunión del Govern con expertos en salud pública

La solución, sin embargo, no parece inmediata. La consejera de Salud, Alba Vergés, ha convocado el jueves a un grupo de especialistas en salud pública, infecciones y otras materias para tomar el pulso a la situación y pensar en soluciones para el corto y medio plazo. En la mesa, la ampliación del dispositivo de detección, rastreo y seguimiento de nuevos positivos para evitar brotes descontrolados. La urgente situación obliga a tomar medidas inmediatas. Los brotes siguen sin estar controlados y los casos se multiplican. Aumentar los rastreadores puede ser una medida para al menos empezar a atajar los brotes.