Este sábado era el día marcado por el Gobierno del Reino Unido para que los bares, pubs y restaurantes de Inglaterra procedieran a su reapertura (en Escocia, Gales e Irlanda del Norte permanecen cerrados). El premier, Boris Johnson, anunció una de las medidas más ambiciosas de la desescalada británica y ayer en las calles de Inglaterra, la ciudadanía disfrutó nuevamente de las pintas que tanto habían echado de menos durante el confinamiento.

Las imágenes hablan por sí solas. En el barrio del Soho, en Londres, las calles estaban llenas, las estimaciones hablan de unas 2.000-3.000 personas. Y la fiesta hizo que el uso de la mascarilla pasara a un segundo plano y se olvidara la distancia social recomendada. La Policía, de todas formas, lo tenía en cuenta. De hecho, el presidente de la Federación de la Policía comentó que “estaba claro como el cristal que las personas borrachas no pueden o no quieren distanciarse socialmente”.

Pese a ello, los agentes de todo el país agradecieron la, según ellos, actitud responsable de los ciudadanos que disfrutaron de la reapertura de los establecimientos hosteleros, pero lo hicieron con conciencia y teniendo en cuenta las medidas de seguridad, prevención e higiene marcadas para frenar el avance del coronavirus. En la misma línea se ha referido este domingo el secretario de Salud, Matt Hancock: “Estoy contento con lo que sucedió ayer, fue realmente bueno ver a la gente y un gran distanciamiento social”.

"Unos pocos tontos"

Por su parte, el director ejecutivo del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), Simon Stevens, redujo a “unos pocos tontos” los que no siguieron las recomendaciones, pero el resto se comportó de manera “sensata”.

A pesar de que el primer día de reapertura de pubs ha ido bien, según las autoridades, éstas siguen pidiendo “precaución” y “responsabilidad” a la población y ha recordado la posibilidad de tener que decretar confinamientos selectivos como el de la ciudad de Leicester, donde la hostelería continúa cerrada. En este sentido, Chris Smith, virólogo de la Universidad de Cambridge, avisó de que igual que se avanza en la desescalada se podría dar marcha atrás: “Podríamos retroceder fácilmente en la dirección equivocada si no permanecemos vigilantes porque esto no ha desaparecido. Todavía tenemos mucha circulación del virus en el país, aunque es mucho más bajo que cuando empezó”.