CORONAVIRUS

Peter Piot: "Estamos al comienzo de esta pandemia"

El virólogo belga afirma que esta situación podría durar años y que la vacuna deberá ir acompañada de un cambio de actitud individual

Un paciente afectado por el coronavirus recibe rehabilitación física en el hospital MontLlegia, Bélgica.
Francisco Seco AP

En 1976, cuando tenía 27 años, Peter Piot colaboró en el descubrimiento del ébola y ha dedicado los últimos 40 años en estudiar y combatir algunas de las enfermedades infecciosas más importantes del planeta. Entre 1995 y 2008 dirigió el Programa de Naciones Unidas sobre VIH/SIDA. Actualmente, es asesor sobre Covid-19 de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leven, y director de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

Sin embargo, ni siquiera su amplia experiencia preparó al veterano científico belga para el enfrentamiento directo que tuvo con la muerte debido al coronavirus. En una entrevista reciente, relató su lucha contra la enfermedad, de la que ha tardado tres meses en recuperarse, y cómo ha cambiado su mente: “Ahora vuelvo a sentirme más o menos normal. Sin embargo, mi experiencia me ha enseñado que la covid-19 es algo más que gripe, o bien una enfermedad, que hace que el 1% tenga que recibir cuidados intensivos y muera. Me ha servido para entenderlo mejor. Ahora conozco el virus desde dentro. Es una perspectiva muy distinta”.

Una de las revelaciones que tuvo fue que las comunicaciones oficiales sobre la pandemia se centran en “aplanar la curva”, dejando de lado la cuestión humana, cuando realmente se trata de “una crisis relacionada con los seres humanos”. En segundo lugar, está la percepción que se tiene sobre esta enfermedad. “No es una cuestión de “o gripe o cuidados intensivos”. Va a dejar a mucha gente con afecciones crónicas. Por eso, personalmente, me hace sentirme doblemente motivado para luchar contra el virus”, detalla el virólogo.

Esto es solo el principio

Actualmente hay ya más diez millones de personas afectadas por coronavirus en todo el mundo. Pero, según Piot, esta cifra es más elevada: “Estos son los casos confirmados. De modo que probablemente estemos más cerca de superar con creces los 20 millones, y pronto, el medio millón de muertes”. Además, afirma que el coronavirus, junto con el VIH y la gripe española de 1918, es “la mayor epidemia y crisis social en tiempos de paz” que se haya visto.

Y parece que aún queda mucho por luchar, porque el científico considera que este es solo el principio. “Estamos al comienzo de esta pandemia. Mientras haya personas propensas a infectarse, el virus estará muy dispuesto a hacerlo, porque necesita nuestras células para sobrevivir”.

No obstante, reconoce que en Europa la situación puede considerarse estable porque la gran mayoría de países ha logrado controlar la expansión del virus y las sociedades recuperan progresivamente la normalidad. Pero también avisa que hay que estar preparados para una segunda ola que espera que no sea muy grave: “Espero que no sea un tsunami, sino algo más parecido a los brotes que ya tenemos. Creo que ahora tenemos que prepararnos para eso”.

La acción que invita al optimismo es la colaboración científica que se está produciendo: “Es insólito que las empresas y los países estén invirtiendo enormemente en el desarrollo de vacunas, medicamentos y demás. De modo que es un rayo de esperanza”. Por otro lado, destaca la buena cobertura que está recibiendo la pandemia, algo fundamental también. “Es difícil seguir el ritmo de la nueva información que se está publicando sobre algo que tiene solo cinco meses. A veces me digo: ‘Dios mío ¿cómo voy a mantenerme informado de todas las publicaciones?’ Pero es un problema bueno, porque en las anteriores epidemias la información no se compartía”, expone.

Vacuna

Aunque no se atreve a hacer un pronóstico muy concreto, Peter Piot cree que la pandemia podría durar años, porque la vacuna no será fácil de conseguir: “Todo dependerá de que las vacunas protejan contra la transmisión. En mi opinión, constituye la mayor prioridad para la ciencia y para la respuesta, porque si no hay vacuna, significará que tendremos que convivir años con este virus”.

Existen muchos aspectos a tener en cuenta para encontrar la vacuna definitiva, por lo que Piot no ve muy claro que esta salga para octubre, como se ha publicado en ocasiones, o que signifique volver a la total normalidad. “A todos los efectos prácticos, es más probable que sea en 2021 y eso realmente podría ayudar a controlar la epidemia en gran medida. Pero seguiremos teniendo que cambiar nuestra forma de relacionarnos con los demás”, destaca. En este aspecto pone de ejemplo a Japón, donde usan mascarillas desde hace años para no contagiar a los demás, aunque solo reas un resfriado. Por lo que considera que la vacuna deberá ir acompañada de un enorme cambio de actitud.

Donaciones insuficientes

El maratón de donantes organizado por la Comisión Europea ha recaudado casi 10.000 millones de euros que serán destinados a vacunas, tratamientos, pruebas y refuerzo de los sistemas sanitarios. Un hecho que el científico considera necesario a la par que insuficiente: “La mayor necesidad es el desarrollo de la vacuna y su fabricación. Pero lo más importante es que los fondos no son solo para investigación y desarrollo, sino también para crear mecanismos que permitan el acceso de países pobres o que no son productores de vacunas. Podría pensarse que es muchísimo dinero, pero no es suficiente”.

Desde su punto de vista, todavía falta dinero porque son millones de personas las que necesitarán acceder a la vacuna, lo que supondrá el uso de millones de viales de vidrio para envasarla: “Hace falta ocuparse de todas estas cosas básicas. Empresas y Gobiernos tienen que apostar e invertir en la fabricación de vacunas sin saber siquiera si esa vacuna va a funcionar de hecho. Es un gran reto, pero por eso hace tanta falta también dinero público, porque va a ser un bien público”.

Por otra parte, está el problema del 'nacionalismo de la vacuna': “Empezó cuando Estados Unidos dijo que las vacunas producidas en Estados Unidos serían para los estadounidenses. Y si todos los países empiezan a hacer eso, la mayoría de los habitantes del mundo quedarán excluidos, porque solo unos cuantos países producen vacunas”.

Para evitar esta cuestión, “el acceso equitativo debe formar parte de la iniciativa de donaciones puesta en marcha por la Comisión. No se trata solo de reunir dinero para desarrollar la vacuna. Se trata de reunir dinero para desarrollar una vacuna accesible para todos los que la necesiten. Es muy distinto”.