Galicia ha introducido cambios en el uso de mascarillas en la nueva normalidad. Desde el fin de semana pasado, su utilización es más estricta y ahora es obligatoria en espacios cerrados en los que se coincida con más personas, independiente de la distancia de seguridad que exista entre ellas. También es obligatoria en la vía pública y en espacios al aire donde no se pueda asegurar esa distancia social.

Pero además, la Xunta realiza otra modificación: está prohibido el uso de mascarillas con válvula exhalatoria, salvo que por casos profesionales esté recomendada. El Gobierno gallego no especifica el motivo, pero la razón es que este tipo de mascarillas con válvula solo protegen al portador de la mascarilla y no a la gente que está a su alrededor.

No se filtran las partículas respiratorias

El aire que se exhala al respirar no se filtra, por lo que las personas que están en contacto con el portador de esa mascarilla con válvula están expuestos a las gotitas respitatorias que se expulsan al respirar, toser, hablar o estornudar. En caso de que una persona esté contagiada, estaría transmitiendo el virus aunque crea que por llevar mascarilla está protegiendo.

La mascarilla con válvula por tanto otorga una protección unidireccional, es decir, protege al que la lleva, pero no a los que le rodean, por lo que se pierde la efectividad que da una mascarilla. Hay que recordar que cualquier persona ha podido contraer el virus y sin embargo ser asintomática, pero la propagación se sigue produciendo incluso sin síntomas.

Tipos de mascarillas recomendadas

Por eso, desde las autoridades sanitarias recomiendan dos tipos de mascarillas: higiénicas o quirúrgicas. Ambas proporcionan esa protección bidireccional deseada. En caso de que se apueste por mascarillas de tela, muy de moda entre la población, éstas deben tener filtros, porque son los que permiten eliminar las partículas contaminantes que hacen posible la transmisión del coronavirus.