La mascarilla ha llegado para quedarse. Al menos de momento. España entró en la nueva normalidad, pero este elemento de protección sigue estando presente en el atuendo de los ciudadanos. Su uso es obligatorio en el transporte público y en aquellos espacios, sean al aire libre o cerrados, donde no se pueda guardar la distancia de seguridad de 1,5 metros.

Sin embargo, la Xunta de Galicia ha endurecido su utilización. Desde este fin de semana, cuando fue publicado en el Diario Oficial de Galicia, el Gobierno ha introducido modificaciones y ahora se establecen nuevas reglas en su uso. A partir de ahora, la mascarilla será obligatoria en todos los espacios cerrados en los que se coincida con otras personas, independientemente de que se pueda mantener esa separación de 1,5 metros.

Solo se exceptúan los casos en lo que estando sentadas las personas se garantiza en todo momento la distancia de seguridad. Por ejemplo, en oficinas y centros de trabajo no será obligatoria si las mesas están distribuidas de tal forma que se guarda la distancia exigida o hay mamparas que garantizan la seguridad. Sin embargo, si existe movimiento y dos trabajadores tienen que acercarse por motivos laborales será obligado el uso de la mascarilla.

Además, se extiende la utilización de la mascarilla en la vía pública y en espacios al aire libre siempre que se transite y se esté en movimiento y por la concurrencia con otras personas no sea posible mantener la distancia de seguridad.

Por último, el artículo también hace referencia al tipo de mascarilla que la población general no puede emplear. Así, éstas no podrán tener válvula exhalatoria, salvo para los casos profesionales en los que este tipo de mascarilla está recomendada.

Dos brotes en Galicia

La Xunta toma esta decisión y endurece la utilización de la mascarilla como medida de prevención ante el coronavirus y con el único objetivo de evitar rebrotes. En los últimos días, las autoridades sanitarias han detectado dos brotes en la comunidad gallega. Un foco se encuentra en A Mariña (Lugo), donde hasta el momento se han registrado 22 contagios. El otro está localizado en los municipios coruñeses de Ribeira y A Pobra do Caramiñal, donde ha habido nueve personas infectadas.

El objetivo de la nueva normalidad es evitar en la medida de lo posibles nuevos brotes que vuelvan a hacer peligrar esa nueva normalidad y dar pasos hacia atrás en la lucha contra la COVID-19. Endurecer el uso de la mascarilla es una de las medidas adoptadas para ello.